SERIE: APORTES Y AUTORES SIGNIFICATIVOS EN EL CONSTRUCCIONISMO RELACIONAL-CONSTRUCCIONISMO SOCIAL

Diego Tapia Figueroa, Ph.D. y Maritza Crespo Balderrama, M.A. (octubre, 2020) “La praxis da sentido a las palabras.”  (Ludwig Wittgenstein) Sheila McNamee (I) Proponemos una selección de breves conceptos, reflexiones, ideas, propuestas de algunos de los principales exponentes de la postura, perspectiva, teoría y práctica socioconstruccionista. Para facilitar la lectura reflexiva proponemos citas concretas textuales sin especificar cada vez las fuentes, por ello proponemos al final la bibliografía de referencia para que puedan hacer sus propias búsquedas y lecturas. Es una invitación a abrir su curiosidad por estos apasionantes aportes. Seguimos con Sheila McNamee, Ph.D. (28 Julio de 1954, Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos). Algunos miembros de la Comunidad del Taos han expresado su interés en las ideas del Instituto Taos mientras nos involucramos con nuestras comunidades. En vez de emitir estrategias o técnicas transformativas, propongo lo siguiente como una serie de recursos conversacionales fluidos y flexibles. Hay muchas maneras en que cualquiera de los siguientes asuntos se puede conseguir, facilitando así las diferentes perspectivas de los miembros de tu grupo. Los recursos son posibilidades superpuestas que se podrían usar para comprometerse en conversaciones desafiantes y que podrían fomentar nuevas posibilidades, nuevas maneras de entendimiento: Participar en la investigación auto reflexiva. En otras palabras, cuestionar tus asunciones, tus entendimientos. Preguntarse a uno mismo de qué otra forma se podrían describir estas cosas y ser entendidas. No ser apresurado en “saber”; Intentar evitar la abstracción. Con esto queremos decir que se trate de evitar declaraciones globales sobre lo bueno / malo, correcto / incorrecto, etc. e invitar a las personas a hablar de sus historias vividas, cultura y valores; Intentar suspender la tendencia a juzgar. A menudo queremos juzgar, evaluar y resolver problemas. Habla en cambio desde el deseo de entender y desde una posición de curiosidad sobre las diferencias; Comprometerse con la reflexividad relacional. *Consulta con aquellos con quienes estás conversando acerca de cómo va la interacción para ellos. ¿Hay otros temas que se deberían discutir? ¿Hay preguntas que esperaban que preguntaras o detalles que pudieras proporcionar? ¿Hay otros problemas que abordar? Coordinar la multiplicidad en lugar de buscar la uniformidad. Intentemos no obligar a todos a que se decanten hacia un mismo entendimiento o “posición”. Y tampoco avancemos hacia el consenso (una pequeña superposición en el acuerdo). Podemos abrir un espacio donde hablemos sobre nuestras diferencias sin tratar de persuadir o probar que una posición es superior a otra. Nuestro enfoque no debería ser el acuerdo sino el crear nuevas formas de entendimiento; Usar lo familiar en contextos desconocidos. En otras palabras, invitarte a ti mismo y a los otros a recurrir a recursos de conversación / acción que utilizan en otros contextos, en otras relaciones. Gastamos demasiado tiempo tratando de enseñar a las personas cómo hacer las cosas de una manera diferente. Qué pasa si los invitamos, en cambio, a recurrir a sus maneras conocidas de interactuar en contextos que parecen requerir algo más. Por ejemplo, podría ser útil usar la voz que albergas como un amigo afectuoso cuando te enfrentas a una opinión diferente; Imaginar el futuro. Malgastamos demasiado tiempo tratando de descubrir qué hecho del pasado ha causado el conflicto presente ¿Qué pasaría si nos enfocamos, en cambio, en lo que podríamos construir juntos en el futuro? ¿Cómo nos gustaría vernos dentro de cuatro meses? ¿En un año desde hoy? ¿En diez años? Una vez que nos involucramos en esta conversación, hemos iniciado la posibilidad de cocrear ese futuro juntos; Crear el espacio conversacional. No es siempre posible, pero, si podemos invitar a conversaciones sobre temas difíciles en contextos, espacios, atmósferas que son más propicias para el cuidado y la consideración humana, podríamos sorprendernos de lo que podría desarrollarse. Las salas de estar y los salones también invitan al contacto humano y a la comida también ayuda a unir a las personas; Buscar la coherencia local. En lugar de juzgar la postura de una persona sobre un tema, podemos tratar de entender cómo esa posición ha evolucionado desde la historia de interacciones de esa persona. No surgen ideas, creencias o valores en un vacío; emergen dentro de las comunidades donde los participantes negocian juntos aquello que cuenta como verdad, correcto e incorrecto; Suspender el deseo de acuerdo y buscar nuevas formas de entendimiento. Si mantenemos nuestro desacuerdo sobre un problema, pero llegamos a comprender la razón fundamental para la posición del otro, ya nos hemos alejado de enmarcar un problema como verdadero o falso, negro o blanco a gris (que es, complejo y diverso). Un mantra común pronunciado por muchos construccionistas es: «No existe un método construccionista, per se«. Todos los métodos, todas las teorías, todos los modelos y técnicas son recursos disponibles para la interacción social. Aquello que hace el uso de recursos particulares coherentes con el enfoque relacional del construccionismo social es la forma en que cualquier recurso es usado. Una vez que se utiliza un método, técnica, modelo o teoría porque es el correcto para usarse, abandonamos nuestra sensibilidad construccionista. Si, por la otra parte, un recurso se utiliza como una invitación para crear posibilidades para «continuar juntos», entonces nuestros intentos están orientados relacionalmente. La construcción social en el ámbito de la comunicación humana dice que creamos nuestro mundo, creamos nuestros valores, nuestras creencias, nuestras verdades, nuestros derechos, nuestros errores en la interacción con otras personas. Por lo tanto, nuestra identidad emerge realmente a través del intercambio de conversaciones, la interacción con los demás, en lugar de creer que nuestra identidad está fijada desde el nacimiento. Somos personas diferentes en relaciones diferentes. No somos seres singulares. Somos seres múltiples. Una vez que nos damos cuenta de esa cualidad relacional, que proviene de nuestras relaciones, todo lo que consideramos cierto, todo lo que valoramos, emerge. Diálogo, desde el construccionismo social, es usado como asociado siempre con transformación social generativa, no conectaríamos el diálogo a algo que no sea generativo o de abrir posibilidades (…) Creamos un espacio donde la gente pueda poner realmente atención a las maneras en que ellos están creando juntos y entendiendo; y, también, que creamos un espacio en el que la gente pueda curiosear acerca de las diferencias. Eso no quiere decir que el diálogo resuelva el problema o que las personas lleguen a acuerdos, sino que las personas son invitadas a nuevas formas de entender las diferencias: y eso, es realmente de lo que se trata el diálogo. La ética relacional, desde la perspectiva del construccionismo social, incluye diálogo, colaboración y toda una gama de prácticas relacionales.  Necesito de las otras personas para que coordinen conmigo la construcción del mundo; ser relacionalmente responsables es estar en sintonía con la relación misma. Las preguntas éticas y políticas son: ¿podemos abrir en nuestras relaciones con las personas discursos de posibilidades, en vez de discursos de opresión y represión? ¿La ética relacional puede atender las cuestiones personales, y a la vez atender las cuestiones políticas, sociales, económicas? La responsabilidad relacional y la coordinación de la multiplicidad…no tiene que ver con las cosas que no debamos hacer, sino cómo las hacemos.  Y, más allá de eso, tiene que ver con quienes somos en las relaciones.  Es la manera cómo la conceptualización dominante de la ética no nos deja relacionarnos con la gente. El interés se desplaza a los modos en que una pluralidad de perspectivas se coordinan en pautas coherentes de interacción, cada una de las cuales potencia y contrasta simultáneamente formas particulares de acción. Cuando asumimos esa perspectiva, reconocemos que tenemos tantas relaciones diferentes y, por lo tanto, también debemos tener tantos recursos diferentes para la acción, tantos valores, creencias y verdades diferentes. No somos personas singulares y no hay una sola forma correcta de estar en el mundo. Lo que reconoce un construccionista es que cuando enfrentamos un desafío, tenemos otros recursos. No tenemos que hacer las cosas de la forma en que nos hemos acostumbrado a hacerlo. Podemos partir de otro contexto relacional para interactuar. La forma fácil de apreciar la construcción social es decir que todo lo que nos hace quienes somos: nuestra inteligencia, nuestras emociones, nuestra personalidad, es gracias a nuestras relaciones con los demás y también con nuestro entorno. Esto es contrario a decir que todo lo que somos está dentro de nosotros, sin reconocer el papel de la cultura, la influencia de los demás, la historia, etc. Una idea poderosa es que, en lugar de seguir una teoría específica, uno puede construir posibilidades y realidades que surgen de los atributos relacionales de muchas teorías. Es posible construir algo que venga de nosotros con los demás. Podemos cambiar nuestras realidades. De esta forma, la construcción social pasa a formar parte de nuestra vida. Encarnamos las construcciones que co-creamos. Podemos abrazarlo en nuestra vida diaria cuando nos damos cuenta de que la forma en que nos relacionamos, y la forma en que hablamos, amamos, odiamos y tratamos nuestros problemas son actuaciones que dan forma y crean nuestras vidas. Y cambiándolos realmente podemos cambiar nuestra realidad. Ésta es una de las cosas más poderosas de la construcción social. Una vez que las personas tienen la epifanía del poder de la construcción social para determinar nuestras vidas, se preguntan por qué no aprendimos esto en las escuelas y cómo podemos enseñar esto a otros. La respuesta de los construccionistas sociales es: No intente enseñárselo a nadie, simplemente hágalo, simplemente viva de esta manera. Realmente es la forma en que nos posicionamos unos con otros y con nuestro entorno lo que realmente marca la diferencia. La construcción social es una invitación a mirar el mundo de una manera más relacional, conectada y sistémica. Esta invitación también es a mirar más críticamente lo que se presenta y al mismo tiempo ser más empático y receptivo a todos los demás y otras perspectivas en la vida. En lugar de abordar el conflicto y la resolución de problemas con el objetivo de minimizar las diferencias entre las perspectivas y trabajar hacia el consenso, debemos desarrollar procesos para crear un sistema de coexistencia y colaboración que implique posiciones de diferencia inconmensurables pero respetadas. Si comprende cómo la comunicación crea una forma de ver el mundo, puede comprender cómo esos diferentes puntos de vista son internamente coherentes; a partir de esta posición, nos invitamos a nosotros mismos ya los demás a sentir curiosidad acerca de nuestras diferencias (primero) en lugar de juzgar “. El construccionismo relacional es una metateoría o discurso de la ciencia (humana). Proporciona una orientación general hacia todos los procesos relacionales, incluidos los que podrían llamarse investigación, intervención o desarrollo, liderazgo u organización. El “método socioconstruccionista” de investigación sostiene que una investigación pide que se la considere de acuerdo con el paradigma de ciencia que el autor se propuso seguir.  Esta postura sostiene que el conocimiento tiene sujeto y ese sujeto tiene voz. Los marcos de confiabilidad son más la consistencia interna y la legitimación de la comunidad lingüística, que la visión de causa efecto y la exactitud de la muestra. En las interacciones cotidianas con otros, se construye la realidad relacional en la que las comunidades y personas viven. Para el construccionismo se trata de la acción común, o qué hacer juntos y lo que constituye su hacer. El construccionismo afirma que la utilidad de la investigación está en la generación de potenciales de acción que crea junto con la crítica reflexiva a la que invita a los participantes. No hay ningún intento de llegar a un consenso entre diversas creencias o valores de los distintos participantes; ni hay el intento de determinar los valores y creencias de la comunidad que son “mejores” o “correctas”. La orientación construccionista es hacia la multiplicidad, la diversidad, la diferencia. El acuerdo no es lo primordial; es la curiosidad. El desafío es abrir posibilidades relacionales en lugar de cerrarlas. Para el construccionista, la investigación no es un proceso de documentación o “descubrir” lo que existe. La investigación es un proceso de construcción. La investigación es transformadora y en última instancia práctica; tiene posibilidades generativas para todos los participantes (investigadores y coinvestigadores). Para el construccionista, fiabilidad y validez son reemplazados con los criterios de utilidad (¿para quién esta información/conocimiento … Sigue leyendo SERIE: APORTES Y AUTORES SIGNIFICATIVOS EN EL CONSTRUCCIONISMO RELACIONAL-CONSTRUCCIONISMO SOCIAL