Consorcio Relacional y Socioconstruccionista del Ecuador (IRYSE) Diego Tapia Figueroa, Ph.D. y Maritza Crespo Balderrama, M.A. “Permanece curioso, interesado, reflexivo y expresivo. El diálogo es performativo, se activan diferentes experiencias y recursos de los participantes, y versiones de sí mismos. Como hemos planteado, el diálogo construye su propio devenir en el proceso mismo de estar en diálogo. Un diálogo se hace, se crea en acciones dialógicas, se hace camino al andar: se camina la palabra”. Dora Fried Schnitman (2020b, 2021). Nos basamos para esta serie, en esta tesis, de la que extraemos -adaptándolas- las propuestas e invitaciones a una postura relacional distinta para la construcción del proceso de diálogo terapéutico transformador. ¿Cómo el construccionismo social y las prácticas colaborativas y dialógicas son útiles para la co-construcción relacional de un espacio de formación y supervisión terapéuticas? Tapia Figueroa, Diego, Tesis (2018) para el Ph.D. con la Universidad Libre de Bruselas (VUB) y el TAOS INSTITUTE de Estados Unidos Aportes al trabajo de los equipos y los operadores “El propósito de la terapia es ayudar a que las personas cuenten sus narrativas en primera persona, de modo que puedan transformar sus identidades en otras que les permitan entender su vida y sus aconteceres, que abran muchas maneras posibles de ser y actuar en el mundo en cualquier momento y en cualquier circunstancia, y que les ayuden a conseguir y expresar o ejecutar su creatividad o su sentido de autonomía.” Harlene Anderson (1999. p. 305) Preguntar incesante para generar nuevas preguntas. Este cuestionamiento puede, tal vez, iniciar a producir una respuesta tentativa, provisional al abrir las conversaciones generando estas otras preguntas que buscan invitar a reflexiones y acciones prácticas, socialmente responsables; preguntas que también siguen siendo actuales, por ejemplo: ¿Cómo quiero ser con los otros? Y ¿Cómo quiero que sean ellos conmigo? ¿Cómo pueden los procesos de diálogo y el enfoque en las posibilidades y potencialidades transformar nuestra comprensión de nosotros mismos y de los demás? “Considerándote a ti mismo desde las múltiples perspectivas que están disponibles en tu historia: ¿Cuáles considerarías las más significativas? ¿Cómo así escoges estas? ¿Cómo han funcionado en la creación de las opciones que has hecho, hasta ahora, en términos de educación, amor, trabajo y amistades? ¿Cuáles han sido más útiles? ¿Las más perjudiciales?” ¿Qué responsabilidad tengo yo, para contribuir -sin prejuicios, desde ahora-, a construir los estilos relacionales que me gustarían y merezco? ¿Qué vida distinta quiero, desde este momento, con los otros, para mí? ¿De qué forma la construiré con aquellos que elija como significativos en esta nueva historia en devenir? ¿Qué se transformaría, si subvertimos todas las condiciones en que los seres humanos son explotados, oprimidos, humillados y enajenados…desde su tierna infancia? “Cada vez, es con la utopía con lo que la filosofía se vuelve política, y lleva su máximo extremo la crítica de su época. La utopía no se separa de su movimiento infinito…” Gilles Deleuze y Félix Guattari (1997, p. 101). Es comprometerse en generar múltiples y variadas conversaciones, que cuestionen las perspectivas dominantes que sostienen el control social, también desde la terapia, poniendo particular atención a las diferentes maneras a través de las cuales la política de poder establecido se manifiesta; interpelando permanentemente el discurso social existente. Ahora, este momento del mañana (“¡Ser o no ser: he aquí el dilema… ¡Morir!…, dormir! ¡Dormir!… ¡Tal vez soñar!…” (Shakespeare, trad. 2003, p. 130). El placer de las conversaciones con quienes construimos esta sociedad, el placer de las conversaciones permanentes con los demás, el placer infinito de la lectura, la escritura y la reflexión crítica nos permiten continuar, desde la complejidad, estos diálogos generativos y transformadores iniciados con este tipo de coinvestigación. Shakespeare propone reflexionar distinto y críticamente desde una filosofía de la complejidad, con un lenguaje capaz de poner en movimiento la incertidumbre y desplegando el placer de interrogarse sin facilismos, con confianza en la inteligencia de los potenciales lectores de la cultura ecuatoriana y de otras culturas. Reflexionar con humildad y reconociendo los límites de este esfuerzo abocado a lo coyuntural y provisional desde un contexto local capaz de desarrollar procesos ricos en perspectivas y complejidades. Que una investigación, surgida en estas latitudes dejase de ser solo simple y muy concreta y que los investigadores estén gustosos de aportar con una mirada propia. Escribir desde la “periferia” implica asumir también responsablemente el derecho a los conceptos complejos o “filosóficos”, libres de una concepción colonizadora y paternalista del conocimiento; autorizados a lo difícil conceptual, al gozo del pensar interminable. Algo como decir: “los intelectos del Ecuador y de Latinoamérica, no necesitan solamente ideas sencillas, que no los desafíen ni cuestionen con categorías conceptuales complejas. Necesitan, como todos, independientemente de su cultura, ideas y conceptos que desafíen el potenciamiento de sus habilidades, recursos y fortalezas”. Es posible invitar a aceptar que una investigación rigurosa puede incorporar e integrar no solo concepciones filosóficas socioconstruccionistas, sino también reflexiones provenientes de la literatura, el cine, el arte o la poesía y que no estén injustificadas, ni sean innecesarias o gratuitas. En el Ecuador, los contextos son difíciles para la investigación, se mezclan la xenofobia y la mirada colonizadora como lo que les señala el norte, ese poder dueño del único conocimiento verdadero -hecho de hipótesis y diagnósticos rígidos y verticales, datos cuantitativos duros, expertos incuestionables con un conocimiento válido para todas las culturas y en todo momento histórico- puede conceder el permiso de existir a otras perspectivas siempre y cuando se le reconozca su jerarquía, superioridad y omnisciencia científica; se acepte su dominio, y su único derecho a comenzar la conversación, determinar previamente su contenido y decidir sus conclusiones (y las tareas que deben cumplir los demás). Su convicción: las preguntas sobran, las reflexiones son consideradas superfluas. Aquí, los que detentan el poder garantizan el statu quo. En este sentido también será importante que la Universidad en el mundo, que la Academia no se restrinja por una sola orientación de pensamiento o línea de investigación. El espacio para la crítica argumentada consistentemente que encarna y modela la Universidad, la Academia es una invitación a la multiplicidad de perspectivas y al diálogo con la diversidad, generador, respetuoso y transformador. La postura socioconstruccionista propone: actuar, escuchar, reflexionar y decir -dialogar- con curiosidad y respeto, con confianza en los recursos y fortalezas de las personas y las comunidades de esta cultura local, con la pasión crítica que no se resigna a la subalternidad “científica” y con el genuino deseo de aprender con los otros; de abrir espacios de diálogo transformador. Esta investigación además es una invitación a decir distinto y con criterio, desde nuevos lugares, posturas y perspectivas; a hablar con voz propia, a legitimar la otredad; a la metamorfosis de los sentidos y significados en una continua y enriquecedora co-construcción que entreteje lo dialogal y relacional. Aceptando el derecho de crear significados y coordinarlos conjuntamente, de disentir, contradecir y elegir; confiando en los argumentos consistentes, sin prejuicios de clase, etnia, género, lengua, cultura, condiciones socioeconómicas y educativas y otras consideraciones; decir y hacer con honestidad. Parafraseando a Kenneth Gergen (2017), hay que preguntarse: ¿Hacer investigación para qué y para quién? ¿A quién le sirve la investigación? La investigación relacional está orientada a crear el futuro y no a ver el pasado. Tiene que ver con: ¿Qué tipo de sociedad queremos construir? ¿A quiénes queremos ver involucrados? No concentrarse en mirar el pasado sino a qué tipo de coconstrucciones queremos llegar. La investigación relacional hay que verla como una orientación, una sensibilidad acerca de si vivimos en un mundo relacional: ¿Qué tipo de mundo estamos teniendo, y qué mundo queremos crear? Las cosas cobran sentido dependiendo de lo que tú haces con lo que yo te digo o hago. Yo puedo hacer la acción, pero tú tienes que darle algo de vuelta para que entonces pueda cobrar significado. Cuando coordinamos nuestras acciones es que el mundo cobra vida. De estos viajes estamos hablando en esta coinvestigación, de comprometernos responsablemente, en la construcción conjunta de una comunidad y de una sociedad con justicia y equidad. De crear nuevas posibilidades relacionales generadoras de futuros posibles, encarnando relacionalmente esta invitación a vivir la rica complejidad de la diferencia. “…Estoy aquí o allí, o en otro lugar. En mi comienzo”. “…El conocimiento impone una estructura, y falsifica, pues la estructura es nueva en cada momento y cada momento es una nueva y chocante valoración de todo lo que hemos sido”. “…La única sabiduría que podemos esperar poder adquirir es la sabiduría de la humildad: la humildad es interminable”. (T.S.Eliot, 1995, p. 198-199-200.) Al comenzar con esta pregunta: ¿Cómo el construccionismo social y las prácticas colaborativas y dialógicas son útiles para la coconstrucción relacional de un espacio de formación y supervisión terapéuticas? La pregunta inicial derivó en otras preguntas como esta: ¿Cómo traer nuestros recursos a este diálogo, que tiene un propósito transformador? La manifestación de esta multiplicidad y complejidad es lo que se buscó potenciar en los encuentros con los coinvestigadores. Desde esta perspectiva generativa se entiende que lo relacional es la base de todo lo social y de allí surgen los significados que permitirán comprenderse para desarrollar nuevas construcciones para la acción coordinada, movilizando todos los recursos que nutren las conversaciones, preguntando si hay otras maneras de concebir el futuro, de generar posibilidades que permitan estar juntos en un mundo social complejo que se hace propio porque se lo transforma conjuntamente. Asumimos la responsabilidad de que esta no es solo una forma de estar en el mundo, sino que es una forma de estar en el mundo con los demás; una forma relacionalmente ética, políticamente responsable. Lo que recordaríamos al reencontrarnos (imaginariamente), podría ser esto: En las formas de relación y comunicación que experimentamos sólo puede ser considerado buen trato el diálogo como primera opción. Todas las otras formas de relación son maltrato y significan exclusión. A través del diálogo se promueve una actitud de curiosidad sobre las diferencias. El construccionismo hace posible una forma de ser con los otros en el mundo, que es útil porque nos permite hacernos preguntas nuevas que nos posibilitan entregarnos a la curiosidad. De volver a cocrear un espacio como este, cuidaríamos el preservar este tipo de comprensiones y de procesos relacionales: Existen múltiples perspectivas, lo que permite que surjan múltiples significados, que a su vez crearán múltiples posibilidades. La construcción social sugiere muchas maneras de ver las cosas, por esto, hablamos de recursos. La orientación construccionista invita a fortalecer, cada vez más, lo relacional; a entretejer procesos vinculantes, crear las condiciones generativas para estar presentes en las relaciones, y asumir la responsabilidad de los resultados de estas relaciones. Nos transformamos relacionalmente, en diálogo, para llegar a ser (distintos) lo que nos gustaría ser con los otros. Nos orientamos hacia la creación de espacios de posibilidades conectados con los significados de la vida, desde un lenguaje de aprendizaje compartido, generando opciones sobre cómo poder contribuir de maneras innovadoras con las comunidades, en la cultura local y asumiendo que no solo se trata de elegir un camino eficaz sino en cómo continuamos la reflexión conjunta sobre ese camino. Estas perspectivas dialógicas/generativas están enfocadas en lo que sucede “entre” las personas, porque es allí donde surgen los procesos relacionales. Es en estos diálogos que nos avocamos a entender las diferencias de formas distintas. Las prácticas dialógicas y generativas se proponen como una manera de vivir juntos en el mundo, conscientes de que no podemos ser sino a través del diálogo. Porque la cuestión sigue siendo: ¿Qué estamos creando juntos, para generar las posibilidades de un presente con las condiciones relacionales éticas y políticas, que signifiquen equidad, justicia, responsabilidad, dignidad? ¿Cómo nos conectamos a través del diálogo, para crear posibilidades de futuros distintos, respetuosos de los derechos humanos y de los compromisos sociales y relacionales de sus participantes? Uno de los aprendizajes fue que antes de hacer preguntas es importante acumular experiencias para preguntar y aprender a hacer silencio cuando las preguntas nos hablan. Cada historia es importante y merece ser escuchada; haciendo énfasis en lo que las personas sienten, piensan, hacen y … Sigue leyendo Construccionismo social-relacional. Construcción conjunta, significativa y creativa de procesos de transformación en el proceso terapéutico, en la formación de profesionales y en la supervisión clínica. (19/20)
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