Diego Tapia Figueroa, Ph.D. y Maritza Crespo Balderrama, MA “Todo lo que hago, lo hago con alegría.” Michel de Montaigne (trad. en 2007, p.588) Numerosos profesionales de distintos campos: psicoterapia, educación, organizaciones, tienden a asumir sus roles como algo en lo que “deben” ser, sino perfectos, al menos los mejores y no fallar o cometer errores. Con frecuencia están tiranizados por este deber ser social y personal; suelen asumir posiciones competitivas (ser expertos, acumular prestigio, dinero, poder y privilegios) y se enfrascan en luchas de poder, fatuidad y arribismo social para demostrar que son imprescindibles. Entre las propias, exageradas, expectativas de perfección y las complejas demandas de quienes buscan su trabajo…