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Aprenda a controlar su enojo

Desde hace algunos años, publicamos mensualmente, artículos en un tono coloquial -la Editora así lo demanda: claro, simple y directo-, dirigidos a un amplio espectro de lectoras/es (es una Revista que llega en Ecuador, a más de 50 mil lectores, cada mes; ver el link al final); con la autorización generosa de la respectiva editorial, comenzamos a compartir (sucederá cada cierto tiempo) algunos de estos breves textos. Confiamos les aporte.

Consorcio Relacional y Socioconstruccionista del Ecuador (IRYSE)

Maritza Crespo Balderrama, M.A. y Diego Tapia Figueroa, Ph.D.

(Revista MaxiOnline; octubre 2021)

Cabeza de Medusa, c.1597, de Caravaggio

La ira es una emoción común, la cual puede ser perjudicial si la expresamos libremente. Manejarla y conducirla hacia una reacción más constructiva es posible.

Enojarse o, como decimos en Ecuador, “ponerse mal genio” es parte de nuestro devenir como personas.  Frente a las circunstancias cotidianas, las preocupaciones diarias y las demandas de nuestros distintos contextos, molestarse puede ser una de las formas que tenemos, como personas, de protegernos. Y, diferenciar cuando en cambio “rebasa los límites” y se ha convertido en un problema para relacionarse con los demás de una manera plena y satisfactoria.

La ira una de las seis emociones básicas

Uno de los científicos que más ha aportado en el estudio de las emociones es Paul Ekman.  Él sostiene que hay seis emociones que todos los seres humanos experimentamos y que, por esto, son básicas: ira, alegría, sorpresa, asco, miedo y tristeza.

Los psicólogos planteamos que hay tres formas de manifestar la ira: 1) reprimirla: no manifestarla explícitamente, lo que podría llevar a desarrollar enfermedades cardiovasculares, úlcera, etc., porque la energía no tiene vía de canalización; 2) expresarla: sin filtro y en todos los momentos en la que esta surge y que, aunque podría considerarse más saludable, repercute gravemente en los contextos relacionales; y, 3) controlarla con responsabilidad, para que no sea destructiva o autodestructiva: decidir si se expresa o no.  Esta última es la manifestación más “sana” de la persona y posibilita no solo la autoprotección sino el establecimiento de límites cuando se percibe su vulneración.

Cuando la ira es un problema

1.         ¿Te enfureces siempre?

Un primer paso para poder controlar la ira y cambiar de forma de actuar es responder esta pregunta: ¿siempre te enfureces?, ¿qué y en qué situaciones te surge la ira? Si la ira es constante o surge por temas que pueden parecer insignificantes o la reacción que se genera es exagerada, se puede pensar que hay un problema en el manejo de la frustración y, por ende, en el manejo de la ira.

Reaccionar frente a cualquier situación como si esta fuera amenazante y pusiera en peligro la propia integridad, evita que los demás puedan sentir confianza para poder pensar y actuar de manera distinta a la suya y genera distanciamiento en las relaciones.

Tomarse un tiempo para reflexionar y analizar qué es lo que genera ira y en qué circunstancias específicas permitirá conocer y prevenir situaciones de desborde emocional y reacciones excesivas.

2.         El diálogo primero

Antes de actuar es fundamental pensar y abrir espacio al diálogo y la palabra.  Un tiempo para organizar las ideas es necesario cuando se siente que la irá está por manifestarse.

Hablar en primera persona, sin culpabilizar a otro, y con respeto por los demás, ayuda a evitar malentendidos y a asumir las responsabilidades que toda relación conlleva. 

Pedir aclaraciones, preguntar, invitar a una conversación abierta y sincera y mostrarse dispuesto a escuchar facilitará el camino para iniciar diálogos y no peleas o discusiones. Expresar las preocupaciones, frustraciones, necesidades y deseos de forma clara y asertiva permitirá que el diálogo se convierta en un hábito positivo.

3.         El “tiempo fuera”

Una buena manera de evitar la escalada y el advenimiento de la ira es, luego de aprender a reconocer los signos de su inicio en el propio cuerpo, tomarse un “tiempo fuera”. Esto significa cambiar de espacio (salir de la habitación, caminar, tomar aire).

Entre los ejercicios que proponemos a nuestros consultantes en terapia están: dar una vuelta a la cuadra o salir al patio a tomar aire; describir sus sensaciones corporales por escrito (a mano, no en computadora); tomar mucha agua (ayuda a que nuestro cerebro funcione mejor y relaja); no encarar la conversación inmediatamente sino retomarla en otro momento, cuando se tenga mayor tranquilidad y control.

Siempre es recomendable tener una rutina de ejercicio físico para canalizar las energías y reduce el estrés, mejor si es al aire libre.  La respiración profunda y, mejor aún, la meditación pueden ser una buena manera de canalizar la ira hacia una sensación de mayor armonía y tranquilidad interior.

4.         Reírse de uno mismo

Quizá una de las herramientas que mejor efecto tiene para el control de la ira es la risa y reírse de uno mismo; aprender a desdramatizar sin banalizar ni encubrir derechos vulnerados o malos tratos con la coartada de un supuesto “buen humor”.  Tomarse las cosas con humor y, sobre todo, reconocer las facetas cómicas de la situación que nos molesta, permitirá que nuestros contextos relacionales están cargados de energía positiva.

5.         Resolver más que empeorar

Concentrarse en el error, mirar lo malo y resaltar lo negativo empeora la sensación de ira y frustración.  Por ello, es recomendable hacer un esfuerzo por pensar en ideas que puedan resolver la situación enojosa y, en consecuencia, bajar los niveles de irá. 

Pequeñas acciones que puedan mejorar el clima y la sensación de enojo son grandes pasos en el manejo de la ira. No se trata de evadir el motivo del conflicto, sino de enfrentarlo actuando de manera proactiva y oportuna.

6.         Reconocer que no podemos solos

Es fundamental ser honesto con uno mismo y con los demás.  Hay situaciones que salen del control de cada uno y que pueden hacer sentir que se está en riesgo o vulnerables.  En esos casos, acudir a un profesional psicólogo/a es una buena herramienta para aprender a superar la ira y controlar las emociones fuertes. 

Un signo de inteligencia y responsabilidad es aprender a pedir ayuda.

‘Lanzador de flores’, s/f, de Banksy

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA

Aprenda a controlar su enojo: https://www.maxionline.ec/aprenda-a-controlar-su-enojo/


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