Nuestro blog

Consorcio Relacional y Socioconstruccionista del Ecuador (IRYSE)

Agradecemos a Harlene Anderson, miembro de la Junta Directiva del Taos Institute, por su generosidad al permitirnos reproducir su artículo en nuestro blog.

Harlene Anderson (*) es una de las creadoras de la filosofía y postura de las prácticas colaborativas y dialógicas y el socioconstruccionismo y la docente principal del ICCP, que comenzaremos en Ecuador, este sábado 4 y domingo 5 de abril de 2020, con un Seminario Internacional. Las inscripciones están abiertas.

https://iryse.org/?s=Certificado+Internacional+en+Pr%C3%A1cticas+Colaborativas%E2%80%93+ICPCP+%E2%80%93+Ecuador

Nos encanta poder compartir con ustedes este texto recién publicado este mes.

Tejados, 1912, de Olga Rozánova.

BREVES PENSAMIENTOS SOBRE EL ESCUCHAR

Harlene Anderson, Ph.D.

The TAOS INSTITUTE

(Traducción: Bruno Tapia Naranjo)

Mis pensamientos sobre el escuchar en un contexto del trabajo práctico descansan en el marco conceptual de una Práctica Colaborativa-Dialógica. Colaborativa-Dialógica se refiere a ser y estar comprometido con el otro, u otros, en una relación colaborativa y una conversación generativa. Alguien con un guion “colaborativo y dialógico” para enfatizar que es un procesamiento común. En lugar de dos cosas separadas que se presionan juntas o como una modificando a la otra. En otras palabras, la relación y la conversación van de la mano. Los tipos de relaciones en las que participamos influyen en la calidad de las conversaciones que podemos tener con el otro, y viceversa. No pueden no hacerlo.

Para mí, escuchar nunca es una actividad independiente. Está interconectada con hablar, responder y oír, todo lo cual es esencial en cualquier esfuerzo genuino por aceptar y entender al otro. Es un proceso de ser y comprometerse con el otro como un ser humano único. John Shotter se refiere a este tipo de escucha como escucha sensible: siempre preparado para responder con curiosidad y como una invitación para compartir más.

Hablo para invitar al otro a hablar para que yo pueda escuchar. Escucho para responder. Responder es una responsabilidad humana, moral y la forma en que respondo es decisiva. Lo que parece ser o estar “sin respuesta” es una respuesta que el hablante puede interpretar de diferentes maneras. La forma en que respondemos señala la importancia -o no importancia- de la otra persona y lo que dijo. Quiero responder para reconocer que el otro ha hablado y mostrar coherencia con lo que se dijo o lo que creo que se dijo. Quiero responder de una manera que me ayude a aclarar si realmente he escuchado lo que el otro quería que escuchara, y hacerlo de una manera, tono y actitud de respeto y curiosidad. El respeto y la curiosidad muestran el aprecio por y el reconocimiento de la “humanidad” del otro.

La autenticidad es importante. Debemos mostrar sincero y genuino interés y estar presentes en y con la relación. Pero no importa cómo nos esforcemos por ser genuinos, también debemos reconocer que no podemos ser ciegos a nuestros propios valores, creencias y prejuicios. Nuestros oídos, ojos y cuerpo -nuestras lentes y nuestros sensores- están llenos de influencias culturales e históricas que fácilmente nos pueden llevar a suponer, juzgar, culpar o categorizar al otro. Tendemos a hacer sentido del otro, su narrativa y nuestra experiencia de ellos a través de nuestros pre-entendimientos y percepciones- lo que hacemos desde nuestros mapas que tienen-sentido.

No podemos trascender nuestras realidades gratuitamente o pretender que nuestras subjetividades no existan. Podemos, sin embargo, ser un oyente y emisor interesado y curioso que está intentando aprender del otro, y aprender de su mapa-de-sentido, no del nuestro. Encuentro que cuando estoy involucrada en este tipo de aprendizaje, mis respuestas a lo que creo que escucho y entiendo son más coherentes con lo que el otro quiere o anhela. Esto no sugiere que la intención de mi respuesta siempre sea apoyar, validar o condenar lo que se dijo. Simplemente quiero asegurarme de que entiendo lo mejor que puedo. Por lo tanto, el entendimiento es activo y no pasivo, así como es mutuo y no singular.

La escucha “verdadera” puede ocurrir solo cuando estamos abiertos a la diferencia y a la singularidad del otro sin juzgar, culpar o criticar. Al ser y hacerlo así, estamos escuchando éticamente.

Al escuchar éticamente, no nos esforzamos por cambiar al otro, sino que nos permitimos a nosotros mismos ser influenciados por ellos.

Brief Thoughts on Listening. Taos Institute Ideas, News and Resources – February 2020 –

https://www.taosinstitute.net/

(*) Harlene Anderson, Ph.D., es miembro fundador del Houston Galveston Institute; del Taos Institute; del Certificado Internacional en Prácticas Colaborativas y Dialógicas -activo en todos los continentes-. Ella es reconocida internacionalmente por estar en la vanguardia de las prácticas de colaboración posmodernas como una de sus creadoras. Es consultora, supervisora y educadora. Harlene ha sido autora y co-autora de numerosos ensayos profesionales, incluyendo sus libros de gran trascendencia epistemológica. Es miembro de las juntas de revisión editorial de varias revistas internacionales. Es facilitadora en numerosas conferencias y congresos internacionales. Y ha ganado numerosos premios de gran prestigio mundial.


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