Nuestro blog

SERIE: APORTES Y AUTORES SIGNIFICATIVOS EN EL CONSTRUCCIONISMO RELACIONAL-CONSTRUCCIONISMO SOCIAL

Diego Tapia Figueroa, Ph.D. y Maritza Crespo Balderrama, M.A.

(julio, 2021)

“La praxis da sentido a las palabras.” 

(Ludwig Wittgenstein)

Susan B. Levin, Ph.D.

Proponemos una selección de breves conceptos, reflexiones, ideas, propuestas de algunos de los principales exponentes de la postura, perspectiva, teoría y práctica socioconstruccionista. Para facilitar la lectura reflexiva proponemos citas concretas textuales sin especificar cada vez las fuentes, por ello proponemos al final la bibliografía de referencia para que puedan hacer sus propias búsquedas y lecturas. Es una invitación a abrir su curiosidad por estos apasionantes aportes.

Seguimos con Susan B. Levin, Ph.D. (Easton, Pennsylvania, 15 de enero, 1958, Estados Unidos).

Lepidóptera,1968, de Leonora Carrington.

HOUSTON GALVESTON INSTITUTE (HGI), SESIONES ÚNICAS SIN CITA PREVIA -WALK-IN-, COMO COMUNIDAD DE APRENDIZAJE COLABORATIVO   -Susan Levin, Adriana Gil-Wilkerson y Sylvia Rapini-

  • En el Houston Galveston Institute (HGI), donde soy la Directora Ejecutiva, la forma en que practicamos la terapia/consejería sin cita previa está guiada por la terapia colaborativa. Usamos las mismas prácticas colaborativas y dialógicas que nos sirven en todo nuestro trabajo con los consultantes/clientes. Como dijo Harlene Anderson (1997, p. 71), “Este sistema de terapia colaborativa es como una asociación conversacional en la que el terapeuta y el consultante/cliente define mutuamente la manera de estar juntos, determina los límites y selecciona el objetivo de tratamiento.”
  • Al recibir consultantes/clientes, sin cita previa, esta forma de trabajo guía nuestras interacciones con ellos a medida que comenzamos con la intención de crear una relación con el consultante/cliente, donde participan tanto en la decisión de cuánto tiempo o con qué frecuencia quieren asistir a la terapia, así como en indicar qué temas quieren discutir en terapia. Practicamos con los principios de la Terapia Colaborativa desarrollada por Anderson y Goolishian (1992) con la idea que “el consultante/cliente es el experto” en su vida. Creamos “tratamiento” mientras participamos en un proceso de indagación mutua con el consultante/cliente y en una asociación conversacional que comienza cuando el consultante/cliente nos llama o entra por la puerta.
  • Nuestro programa Walk-in se basa en la noción de que los consultantes/clientes deciden cómo y cuándo quieren acceder a la terapia. Promovemos el programa junto con nuestros otros servicios de terapia y consulta, para que los consultantes/clientes puedan identificar y elegir su camino de entrada; y, la forma en que quieren incluirnos en su búsqueda de posibilidades.
  • También promovemos nuestro programa Walk-in como una oportunidad de capacitación para terapeutas o estudiantes-terapeutas que tengan curiosidad por aprender más sobre las prácticas colaborativas, así como sobre los servicios de consejería sin cita previa. Esta práctica nos permite continuar usando una de nuestras prácticas colaborativas de larga data: el equipo reflexivo (Andersen, 1987). Nuestro trabajo sin cita previa con los consultantes/clientes se convirtió rápidamente en parte de nuestra tradición de formación. Hemos creado y participamos en una vida con una comunidad de aprendizaje colaborativo.
  • Uno de los conceptos más importantes que adoptamos sobre nuestro programa Walk-In es que ofrece un ambiente acogedor y accesible a nuestros huéspedes. Consideramos que nuestros consultantes/clientes son invitados, y que su visita es una oportunidad especial para invitarlos a una conversación que será útil para ellos. Harlene Anderson habla sobre una metáfora de anfitrión/invitado en la que el terapeuta actúa como anfitrión e invitado al mismo tiempo. Como anfitriones, somos responsables de ofrecer un contexto terapéutico cómodo, respetuoso, acogedor y atento. Como invitados en la vida de nuestros consultantes/clientes, debemos respetar que comparten sus vidas con nosotros como deseen hacerlo libremente, y no hurgar irrespetuosamente en la apertura de puertas y cajones sin su permiso.
De la hierba santa, 1975, de Leonora Carrington.
  • El programa abre posibilidades para quienes normalmente no acceden a la terapia porque, en primer lugar, los consultantes/clientes potenciales no tienen que llamar y responder una lista de preguntas de admisión por teléfono. Aquí no hay largas listas de espera. Los consultantes/clientes simplemente llegan y un terapeuta, no una secretaria, les da la bienvenida, trayendo el papeleo formal mínimo e invitándolos a unirse a una sesión de asesoramiento. Los sábados, siempre hay un terapeuta que habla español y, a menudo, otros terapeutas voluntarios que hablan idiomas que no sean inglés o español.
  • Pensamos en el acceso en su forma más amplia, no solo la accesibilidad física sino también relacional, cultural, financiera u otras. Intentamos eliminar tantas barreras como sea posible para hacer servicios óptimamente accesibles. Tener un breve proceso de admisión que sea manejado por terapeutas, no por personal de recepción, ayuda a reducir las barreras y crear una bienvenida real. Los consultantes/clientes sin cita previa conocen a un terapeuta en la sala de espera y se les da una breve bienvenida y una hoja de información de 2 páginas. Nosotros no evaluamos a los consultantes/clientes con anticipación para ningún diagnóstico o su estado financiero. Todos los que se presenten están invitados a participar, incluidos familiares y no familiares. Asumimos que las personas que entran por la puerta tienen una razón para estar allí y aprendemos sobre ellos y por qué están allí como parte de nuestras conversaciones y en nuestra sesión. La sesión tampoco incluye planificaciones. Es nuestra práctica de trabajar con el consultante/cliente en los asuntos que cada uno de ellos decide que son importantes. Nuestro lema para el programa Walk-In es “Usted decide“, lo que significa que el consultante/cliente decide cuándo ingresar, si volver, de qué quiere hablar y qué fue significativo para sí mismo en la conversación distinta.
  • Esta atmósfera es isomórfica con la experiencia de nuestros voluntarios y estudiantes que vienen a trabajar en nuestro programa sin cita previa. Los miembros de nuestro equipo son huéspedes bienvenidos y valorados y anfitriones que se convierten en parte de una comunidad que se apoya entre sí y a nuestros usuarios. Esto fomenta una experiencia de aprendizaje sólida y conectada a medida que los alumnos deciden cómo, cuándo, y si están interesados en continuar su relación con nosotros -HGI-.
  • Walk-In nos permite atender a clientes que, por diversos motivos, no quieren ingresar a una “Terapia tradicional“. Algunos no están seguros de estar listos para la terapia y usan esto para “probarlo fuera.” Pueden tener miedo de ser diagnosticados o juzgados, y esta es una oportunidad para que podamos ofrecerles a ellos una alternativa. A otros les preocupa no tener el dinero o el tiempo para participar en la “terapia típica o tradicional”. Muchos piensan que si van a una terapia les llevará meses o años para terminar. Algunas personas tienen una pregunta o un problema muy específico en el que quieren centrarse, y pueden descubrir que les será útil tener una sola sesión. Sabiendo que no serán presionados o se espera que “firmen” los servicios a largo plazo, pueden ser importante para las personas. Algunas personas están en crisis y no quieren, o necesitan, ir a un hospital, donde pueden obtener más de lo mismo, les obligan a estar esperando en términos de medicación, hospitalización, etc. Algunos consultantes/cliente ya tienen un terapeuta, pero por alguna razón no puede ir a ver a su terapeuta cuando lo desea, (por ejemplo, el terapeuta está de vacaciones, tiene una agenda ocupada o algo ha surgido entre su equipo). Algunas personas viven demasiado lejos para ir a terapia con regularidad.
Retrato de la difunta Sra. Partridge, 1947, de Leonora Carrington.

Equipo reflexivo en el programa sin cita previa en HGI

  • Los equipos de reflexión pueden llevarse a cabo de tres formas diferentes: (1) compartir juntos en la sala con el consultante/cliente, (2) detrás de un espejo unidireccional, o (3) en una habitación mirando a través de un televisor con sistema cerrado. En el programa sin cita previa de HGI, la mayoría de las veces, la sesión única de la terapia se lleva a cabo utilizando equipos de reflexión en vivo, lo que hace que el proceso de acompañamiento-asesoramiento sea único. Esta forma de trabajar es posible porque hay una gran sala disponible que fácilmente podría albergar a una familia de seis miembros, dos terapeutas principales y hasta cinco miembros -terapeutas- del equipo reflexivo.  
  • Las sesiones de terapia, la consulta y la supervisión están disponibles todos los días en inglés, español o bilingüe español/inglés. Los equipos de reflexión en HGI consisten en terapeutas voluntarios, estudiantes graduados, aprendices terapeutas o profesionales de la salud mental con licencia. En el programa sin cita previa, los miembros del equipo varían semanalmente según la disponibilidad de la agenda del equipo, a la que se puede acceder a través de un calendario en línea actualizado semanalmente por voluntarios y el coordinador del programa sin cita previa. En el programa sin cita previa los coordinadores entrevistan a cada voluntario y brindan una orientación sobre las prácticas en HGI. Cada voluntario debe comprometerse a ser parte del equipo durante al menos ocho horas al mes. Los terapeutas voluntarios solo pueden formar parte del equipo reflexivo, acompañando a los 2 terapeutas principales.
  • Los consultantes/clientes atendidos en el Programa Walk-In en HGI son informados sobre la sesión única, sobre esta modalidad de terapia y la modalidad en vivo del equipo reflexivo mientras se completa la documentación requerida. Al comienzo de la sesión todos los miembros presentes del equipo se presentan. Dos terapeutas principales realizan la sesión durante unos 30-35 minutos, y luego el consultante/cliente y los terapeutas escuchan la conversación entre los miembros del equipo, que dura unos diez minutos. Entonces el consultante/cliente y los terapeutas reflexionan sobre lo que más les impresionó mientras los miembros del equipo los escuchan.
La hermana del Minotauro,1953, de Leonora Carrington.
  • Reflexiones de un terapeuta voluntario en HGI, Sylvia Rapini de Yatim: HGI utiliza una terapia de sesión única con equipos reflexivos en vivo, que abre más oportunidades para desarrollar ideas y crear posibilidades ya sea para los consultantes/clientes y/o terapeutas. Sentarse y escuchar la sesión dentro de la habitación con el consultante/cliente parece ser más desafiante que estar detrás del espejo unidireccional. Significa estar en la habitación con las fortalezas del consultante/cliente y de los terapeutas en un proceso de escucha verdaderamente activo y para plantear reflexiones basadas en la conversación importante de los consultantes/clientes; no hay lugar para intervenciones prescritas ni protocolos estereotipados. Compartiendo dentro de la habitación con el consultante/cliente, se impide que los terapeutas hagan comentarios o pidan aclaraciones “de expertos” durante la sesión del consultante/cliente. También se evita que detrás del espejo unidireccional los terapeutas y/o supervisores pueden verse tentados a plantear preguntas o hacer comentarios; dentro de la sala el flujo conversacional entre consultantes/clientes y los terapeutas no puede ser interrumpido por los miembros del equipo reflexivo. Esta modalidad parece favorecer una relación menos jerárquica entre clientes, terapeutas, miembros del equipo reflexivo y supervisores, ya que no hay artefactos simbólicos que puedan colocar a los terapeutas en una posición de autoridad. La conversación terapéutica es transparente, favoreciendo un menor secretismo; todo es público, para que los consultantes/clientes tengan acceso a las ideas y reflexiones de todos los terapeutas de primera mano; y los consultantes/clientes deciden qué llevarse, què compartir o no, qué reflexiones les llamó más la atención y les aportan. Los terapeutas aprenden diferentes estilos de comunicación y formas de plantear reflexiones empáticas -conectadas, en relación con- y basadas en las fortalezas y recursos existentes, que se visibilizan, nombran y movilizan gracias a estos encuentros distintos.
  • Se practican interacciones de comunicación respetuosas. Varios consultantes/clientes han dicho que les gusta escuchar a diferentes ideas y perspectivas de diferentes terapeutas en una sola sesión. En términos financieros, parece tener un alto retorno de inversión para los consultantes/clientes, como dijo una vez un consultante/cliente: “Estoy pagando solo por una sesión, pero recibiendo comentarios como si hubiera asistido a varias sesiones“”.
  • Con este estilo de procesos terapéuticos, la supervisión está siempre disponible en tiempo real y disfruto de la creación de redes y de haber trabajado como socios colaborativos. Además de aprender la filosofía de “ser público“. Anderson (2007, p. 39) argumentó que “Aunque los pensamientos silenciosos son generativos, es la expresión del pensamiento ya sea a través de su articulación o su gesto en el espacio relacional” que fomentaría una generación de un proceso significativo. En cada conversación, mis creencias, valores y experiencias de vida están indudablemente involucradas y desafiadas. Articular esos pensamientos internos y ser consciente de hacerlos públicos me empujó a considerar su impacto potencial y si pueden ser relevantes para el consultante/cliente. A menudo me pregunto si mis reflexiones son significativas para el consultante/cliente sabiendo que es una terapia de una sola sesión. Contar con otro colega y los miembros del equipo reflexivo también garantiza y precautela que siempre se tenga en cuenta que las reflexiones significativas que buscan aportar estén en sintonía con problema que presenta y le importa al consultante/cliente, sabiendo, que será una terapia de una sola sesión.
  • Solicitar permiso para hacer visibles mis pensamientos y estar con el consultante/cliente me ha ayudado a mantenerme en sintonía con las necesidades del consultante/cliente. Sigo aprendiendo a confiar en los consultantes/clientes, en el proceso dialògico y en su capacidad para saber qué es adecuado para ellos.
  • Con cada nueva conversación estoy muy sorprendida por la infinidad de posibilidades que se abren al estar con el consultante/cliente desde una postura sin prejuicios.
La giganta, 1950, de Leonora Carrington.
  • Volverse más asertivos. Dado que HGI es una institución de formación, y yo soy una de las más terapeutas más experimentadas, es un desafío realizar una terapia de sesión única con un equipo reflexivo cuando los miembros del equipo son nuevos o han recibido formación en otros modelos. Cuando sé que solo tengo unos pocos minutos para finalizar la sesión, el enfoque colaborativo me ayuda a utilizar habilidades útiles de comunicación y resignificación y redirección positiva para estar en sintonía con todas las personas en la conversación terapéutica durante la sesión de terapia de sesión única.
  • La creación y el crecimiento del Programa de acompañamiento- asesoramiento sin cita previa de HGI ha sido muy emocionante y exitoso. No sabíamos si la dotación de personal con voluntarios funcionaría, ni si los consultantes/clientes se beneficiarían de este innovador servicio. No existía ningún otro programa como este en Houston, Texas.
  • El éxito del programa HGI se debe a una combinación de nuestra colaboración y la terapia dialógica, el uso de equipos reflexivos, el entusiasmo, la ética profesional y la buena voluntad de los voluntarios y terapeutas profesionales; y, la enorme necesidad de servicios accesibles en la comunidad.
  • Nuestra postura Colaborativa-Dialógica acerca de la terapia es más útil y transformadora por su modelo acogedor, no médico y su postura relacional. Los terapeutas voluntarios ayudan a construir nuestra comunidad terapéutica con bajo costo y garantizan que los terapeutas comprometidos quieren estar ahí. El uso de equipos reflexivos en la sala de terapia crea un vínculo relacional, una asociación entre todos los presentes, abre posibilidades de perspectivas nuevas y positivas, y apoyo genuino y práctico para todos, durante situaciones complejas, difíciles y de crisis.
Autorretrato (Posada del Caballo del Alba), 1937 – 1938, de Leonora Carrington.

Un cierre para IRYSE (julio 2021):

  • Lo primero que debo decir es que, debido a mi cargo administrativo, como Directora Ejecutiva del Houston Galveston Institute (HGI), no puedo tener ahora muchos consultantes/clientes. Esto ha sido así durante los últimos 5 años aproximadamente. En este momento, mi experiencia clínica actual es limitada por mis responsabilidades ejecutivas, excepto por la gran cantidad de personas que superviso continuamente. Por ejemplo, ahora mismo, tengo siete terapeutas en procesos de supervisión ​clínica.
  • La pandemia ha desafiado a muchos de los terapeutas con los que trabajo (como supervisor y en talleres). Inicialmente, muchos terapeutas se resistieron a trabajar en línea mediante la video tecnología, diciendo que no creían que fuera efectivo. Dado que la flexibilidad y “encontrar al consultante/cliente donde está” son posiciones filosóficas y teóricas importantes de mi trabajo, siempre he estado dispuesta a salir de mi zona de confort y entrar en el entorno que fuera mejor para el consultante/cliente. Esto ha incluido el uso de una unidad móvil (como un vehículo recreativo) para que los equipos visiten los complejos de apartamentos donde las personas fueron realojadas después de que el huracán Katrina los desplazó a Houston, desde Nueva Orleans. También incluye hacer terapia en el hogar, trabajar en agencias asociadas, escuelas, etc. Trabajar en línea es algo que HGI ha estado ofreciendo a sus consultantes/clientes durante muchos años, por lo que, para algunos de nosotros, no fue un problema.
  • Los consultantes/clientes, al menos el 90-95% de ellos, respondieron bien al cambio a la video terapia. Algunos, que no tenían acceso a computadoras, usaban sus teléfonos para continuar las sesiones. Usar el teléfono sin una pantalla visual no es mi preferencia, sin embargo, encuentro que todavía es efectivo y he tenido muy buenos resultados terapéuticos con los consultantes/clientes en el teléfono.
  • Filosóficamente, he aprendido a aceptar y sentirme cómoda con la incertidumbre, ser flexible y agradecida y poner el foco en los recursos; así como tener años de experiencia en ser creativa, reflexiva y confiar en el equipo reflexivo, me dio muchas formas de manejar los desafíos de la pandemia. Los desafíos para nosotros incluyeron: decisiones sobre cómo y cuándo cerrar y reabrir oficinas (¡todavía estamos navegando por esto!); contratar y comenzar con nuevos terapeutas y pasantes con períodos de orientación por video/remoto; revisar los programas de formación presencial a online; y decidir ayudar a albergar y administrar el 5to. Congreso Internacional Bianual del ICCP “Nuevos tiempos, nuevos horizontes: creación de posibilidades de colaboración y diálogo”, que desarrollamos con éxito impresionante (como 540 participantes de los 5 continentes, extraordinaria presencia de personas y profesionales de América Latina, -y que tuvo a IRYSE, como parte del Comité Organizador de este Congreso-) este junio de 2021, durante 3 semanas. Mucho de esto fue nuevo e inusual para nosotros, sin embargo, creo que los fundamentos de nuestra filosofía y las formas de ser colaborativas y dialógicas han permitido que HGI florezca y crezca durante este período.
Los amantes, 1987, de Leonora Carrington.

Emoción y apertura -y pasión- en tiempos de pandemia

  • Después de más de 30 años de práctica como terapeuta, puedo compartir algunas reflexiones sobre qué significa ser terapeuta para mí. Hoy, hay una emoción y una apertura sobre la terapia que no he visto. Creo que esto es el resultado de dos problemas importantes, el primero, los esfuerzos durante muchos años para desestigmatizar la salud mental, y el segundo, el impacto de la pandemia. Creo que estas dos cosas se han unido para crear un cambio importante en la forma en que la sociedad ve la terapia y la salud mental. Esto puede ser más en los Estados Unidos, donde estoy situada y, por lo tanto, más familiar. Sin embargo, lo que veo en los anuncios farmacéuticos en la televisión, entre otros lugares, es que ya no se utiliza el término “enfermedad mental“. Esto ha sido reemplazado por otros términos como “desafíos de salud mental” y muchos están hablando de bienestar emocional, autocuidado, etc.
  • La pandemia ha normalizado experiencias de ansiedad, soledad, miedo y estrés entre otras. Los negocios y las empresas han reconocido el impacto en sus trabajadores y han brindado más apoyo, tiempo libre y flexible y acceso a la terapia. Se ha prestado una enorme atención a las formas de abordar estos problemas. Ha sido fácil encontrar seminarios web y podcasts gratuitos que promueven el cuidado personal y la salud mental. La terapia se ha convertido en una parte necesaria y aceptada para superar la pandemia.
  • Como terapeuta, he visto aumentar la necesidad de terapia con mis consultantes/clientes, que se han presentado con una ansiedad más aguda y aumentada. Uno de mis consultantes/clientes jóvenes estaba lidiando con una ansiedad social manejable (estoy usando estos términos provisionales para facilitar la descripción y porque encajan con la experiencia de este consultante/cliente), pero durante la pandemia, cuando cerró la escuela, se preocupó por la limpieza y desarrolló muchos rituales físicos y de higiene del cuerpo. Con el alivio de la pandemia y su reincorporación a los trabajos de verano, su enfoque en estos rituales ha comenzado a disminuir.
  • Actualmente creo que los terapeutas tienen (y tendrán) una necesidad crítica durante mucho tiempo, aunque también creo que habrá más y más tipos de ayuda en expansión para las personas que luchan con problemas de salud mental. Aquí estoy pensando en una terapeuta “ambulante“, lo sé, que sale a pasear con sus consultantes/clientes. También estoy pensando en nuestra colega, la Dra. Susan Swim, que atiende a consultantes/clientes en su rancho y utiliza caballos como coterapeutas. Ser espontáneo, juguetón y usar la improvisación, como escribe nuestro colega, la Dr. Saliha Bava, agrega creatividad y diversión a la práctica terapéutica. Las prácticas de mente y cuerpo, como la meditación, el yoga, las imágenes guiadas, etc., son útiles, según el consultante/cliente, sus intereses, desafíos y metas particulares. Estas opciones y oportunidades me entusiasman y me mantienen interesada y apasionada por ser terapeuta.
Retrato de Max Ernst, 1939, de Leonora Carrington.

Actos creativos en la construcción de la relación terapéutica

  • Nuestra forma de trabajar, la Terapia Colaborativa Dialógica, es creativa en su esencia misma. Esto se debe a que no es una fórmula, no está manualizada (no es un recetario, un manual, una ruta convencional, un protocolo estandarizado a seguir) y no se replica de un consultante/cliente a otro. Cada sesión de terapia, cada conversación reflexiva, cada curso de terapia, es único y creado de nuevo, cada vez, como la primera vez. Entonces, si bien existen algunos principios rectores, como el “no saber”, ser curioso, respetar, historias múltiples, etc., la forma en que estos aparecen en la sala de terapia no es predecible, y por lo tanto, siempre es un acto creativo.
Té verde, 1942, de Leonora Carrington.

Elijo caminos de conversación que son éticos

  • La filosofía de la construcción social y la idea de multiplicidad, me lleva a ser consciente de que mis formas de pensar las cosas, mis valores y principios rectores, están sujetos a cuestionamiento y reflexión. Sé que debo prestar atención a cómo privilegio mis ideas, ya que creo que no tengo la “razón” o tengo “mejores” ideas que cualquier otra persona. Este es el sistema de creencias fundamental que crea una ética de práctica para mí.
  • Al adoptar una postura colaborativa-dialógica, creo que, fundamentalmente, elijo caminos de conversación que son éticos. Cuando el respeto al consultante/cliente, el respeto a su situación, el respeto a sus deseos y el respeto a la relación terapéutica lideran mi trabajo, es difícil no ir por un buen camino ético. Y creo que hacer un trabajo abierto a los demás, de manera pública, me hace parte de una comunidad que comparte y contribuye a mi posición ética. Gracias por invitarme a escribir sobre esto, como una forma de ser parte de este proceso.
Adieu Ammenotep, 1960, de Leonora Carrington.

Supervisión clínica

  • La riqueza de los diálogos y conversaciones con aquellos que son nuevos aprendices está llena de potencial. Si uno está abierto a aprender siempre, entonces ser supervisor/capacitador/co-aprendiz; es un proceso de crecimiento para todos los involucrados. El proceso brinda oportunidades para compartir y explorar ideas mientras se desafía y cuestiona sobre suposiciones que el “supervisor más experimentado” puede haber comenzado a dar por sentadas. Todos los involucrados pueden crecer y explorar nuevas formas de trabajar y estar con los consultantes/clientes y con los demás. Harry Goolishian, solía decir que tenemos que cambiar nuestras ideas al menos un 10% al año. Trabajar con nuevos estudiantes nos permite estar expuestos a aquellos que son nuevos en el campo. A menudo aportan el pensamiento actual de sus universidades, de otros entornos laborales, y tienen otras experiencias que debemos considerar con respeto.
Jack sea ágil, Jack sea rápido, 1970, de Leonora Carrington.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA

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Houston Galveston Institute, dba HGI Counseling Center:

https://www.facebook.com/Houston-Galveston-Institute-dba-HGI-Counseling-Center-199942199371/

Página del Instituto Taos que contiene información de Susan B. Levin:

Tapia Figueroa, Diego, Tesis (2018) para el Ph.D. con la Universidad Libre de Bruselas (VUB) y el TAOS INSTITUTE.

Sue Levin- Septiembre de 2008:


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