Amar en tiempos de incertidumbre, es decir, en nuestro tiempo (I)

Diego Tapia Figueroa, Ph.D. y Maritza Crespo Balderrama, M.A.

(julio, 2020)

“El amor ama amar al amor.” 

(James Joyce)

Nuestros lectores, en especial jóvenes, nos han pedido que escribamos “algo” sobre el amor entre parejas. Las preguntas que nos hacen son estas: ¿Qué hace que haya personas muy “intensas” en una relación y otras más bien frías?; ¿unas que dicen que sin el otro se mueren y otras que dicen que su pareja no les deja respirar? ¿Los que, si no están pegados a su pareja se sienten vacíos y perdidos y los que ignoran a su pareja o la viven como una carga de la que esperan liberarse algún día?  ¿O, los que creen que como no son “perfectos” nadie los amará jamás, o aquellos que creen que le deben eternamente algo a quien está con ellos y que nunca acabarán de pagarles, porque aceptaron ser su pareja; entre los que van por la vida pidiendo perdón por existir y los que son alfombras de los otros? 

Además: ¿Cómo así se habla tanto de amor tóxico y codependencia? ¿Es gente sola o maltratada dispuesta a aceptar lo que sea con tal de tener a alguien? ¿Es mejor no amar y no ser amados para no sufrir ni vivir decepciones, dolores, frustraciones y no quemarnos? ¿Quién dice que sea obligación tener pareja o estar con alguien? ¿Si mis padres son desdichados como pareja, y los padres de todos mis amigos igual, o ya están todos divorciados: para qué insistir en algo que se ve que está destinado al fracaso? ¿Por qué aceptamos de la pareja relaciones de malos tratos emocionales, psicológicos, físicos, sexuales, económicos? ¿Por qué aceptamos parejas que son como parásitos? ¿Qué nos impide dejar y liberarnos de relaciones “de amor”, que no nos dan paz, libertad, placer ni alegría, con personas con las que no disfrutamos y honestamente, a las que tampoco dejamos disfrutar de la vida? ¿Si vivir en pareja es mentir al otro que estamos bien, para no reconocer que no es lo que imaginamos o por orgullo o por el qué dirá la gente y nos conformamos y resignamos; y también es mentirse a sí mismo que es mejor la apariencia del amor que el amor auténtico: para qué soñar y desgastarnos con lo que no existe?

Preguntas de muchas personas, que en sus terapias también nos dicen: “Hay otras mujeres u otros hombres que están peor, que tienen relaciones de pesadilla; en el fondo, mi pareja no es tan mala, algo bueno tiene, a veces.” O, también: “Sé lo que se supone hay que pensar, hacer y decir para no estar fatal con la pareja, he leído sobre eso, he hecho terapias; sin embargo, la realidad es que cuando tienes pareja, después del amor romántico, todo va para peor, llega la decadencia de la relación, se pudre, y no queda otra que resignarse, conformarse y seguir sabiendo que nadie es perfecto y que, en especial si eres la mujer tienes suerte que no te hayan matado o abandonado o cambiado por otra.”. “Lo que me molesta de mis amigos, amigas y parientes es que se han pasado años quejándose de no encontrar una pareja o poder formar una familia y cuando las tienen, se pasan más años quejándose y victimizándose de lo que experimentan día a día con su pareja y su familia”. Sabemos, que se puede desear a alguien sin amarlo; es humano. Lo que es imposible, es amar a quien ya no se desea. Y, seguir de pareja en ese contexto, es vivir sin dignidad.

Más variaciones sobre el tema, que nos interpela sobre lo que deseamos, elegimos, escogemos y la parte de corresponsabilidad que tenemos en estas relaciones que construimos. En las próxima entregas intentaremos reflexionar sobre estas preguntas, que nos confrontan continuamente con la complejidad de la condición humana.  Ahora los invitamos a reflexionar sobre estas preguntas que solemos realizar a las personas y parejas que llegan a desarrollar procesos de terapia con nosotros:

¿Para qué elegimos ser pareja de alguien; y, para qué traemos hijos al mundo?

¿Qué le aporta con sentido esta relación, y que sea significativo?

“Qué se imagina usted que podría hacer y decir de distinto para construir el tipo de relación de pareja y el estilo de vida, que usted dice que le gustaría tener?”