Se acabó el extraño, con quien, tarde la noche, regresabas parla y parla. Ya no habrá quien me aguarde dispuesto mi lugar, bueno lo malo. Se acabó la calurosa tarde; tu gran bahía y tu clamor; la charla con tu madre acabada que nos brindaba un té lleno de tarde. Se acabó todo al fin: las vacaciones, tu obediencia de pechos, tu manera de pedirme que no me vaya fuera. Y se acabó el diminutivo, para mi mayoría en el dolor sin fin, y nuestro haber nacido así sin causa.
-
-
The cord, de Sergiy Maidukov
Un corto, de 6:39 minutos. ”El cordón”, que dice mucho de las relaciones que imponemos, aceptamos y nos roban la vida.
-
Fresas Salvajes, de Ingmar Bergman
Disfruten esta obra maestra de la Historia del Cine Mundial: “Fresas Salvajes” (1957) de Ingmar Bergman: https://youtu.be/4HivG6fBC8Mhttps://youtu.be/4HivG6fBC8M Sobre este filme: “No hay otra forma de vivir más que amando, a cada instante. Amar lo que hacemos, lo que somos, las personas con las que estamos. De otro modo la vida transcurrirá y, cuando esté a punto de terminar, quizá advirtamos que hicimos muchas otras cosas, menos vivir.”
-
Pan y vino, de Friedrich Hölderlin (7ma. estrofa)
Pero ¡amigo! venimos demasiado tarde. En verdad viven los dioses pero sobre nuestra cabeza, arriba en otro mundo trabajan eternamente y parecen preocuparse poco de si vivimos. Tanto se cuidan los celestes de no herirnos. Pues nunca pudiera contenerlos una débil vasija, sólo a veces soporta el hombre la plenitud divina. La vida es un sueño de ellos. Pero el error nos ayuda como un adormecimiento. Y nos hacen fuertes la necesidad y la noche. Hasta que los héroes crecidos en cuna de bronce, como en otro tiempo sus corazones son parecidos en fuerza a los celestes. Ellos vienen entre truenos. Me parece a veces mejor dormir, que…
-
Fuga de muerte, de Paul Celan
Leche negra del alba la bebemos de tarde la bebemos de ocaso y de mañana la bebemos de noche bebemos y bebemos cavamos una tumba entre los aires allí se yace cómodo Vive un hombre en la casa que juega con serpientes él escribe escribe cuando cae la noche en Alemania tu cabello dorado Margarete lo escribe y luego sale de la casa y brillan las estrellas le silba a su jauría le silba a sus judíos pide que caven una tumba en tierra nos ordena tocar hasta bailar Leche negra del alba te bebemos de noche te bebemos de día y mediodía te…
-
Amor a primera vista, de Wislawa Szymborska
Los dos están convencidosde que les une un sentimiento repentino.Es bonita esta seguridad,mas la inseguridad es aún más bonita. Creen que como antes no se conocían nada había sucedido entre ellos. Pero, ¿y las calles, las escaleras, los pasillos en los que hace tiempo que podrían haberse cruzado? Me gustaría preguntarles, si no recuerdan, algún encuentro frente a frente alguna vez una puerta giratoria, algún “disculpe” o el “se ha equivocado” en el teléfono. Pero conozco su respuesta. No lo recuerdan. Les sorprenderá saber que desde hace mucho la casualidad juguetea con ellos. Una casualidad no del todo preparada, para convertirse en su destino. Que…
-
Dáme tu mano de Clarice Lispector
Dame tu mano: Voy a contarte ahoracómo he entrado en lo inexpresivoque siempre ha sido mi búsqueda ciegay secreta.De cómo he entradoen aquello que existe entre el númerouno y el número dos, de cómo he visto la línea de misterio yfuego, y que es línea subrepticia.Entre dos notas de música existe unanota, entre dos hechos existe un hecho, entre dos granos de arena por más juntos que esténexiste un intervalo de espacio, existe un sentir que es entre el sentir-en los intersticios de la materiaprimordialestá la línea de misterio y fuegoque es la respiración del mundo,y la respiración continua del mundoes aquello que oímosy llamamos silencio.(Traducción de Sandra Santos)
-
Estaciones de Stony Brook, de Jorge Carrera Andrade
IV La ardilla arde en el árbol. El grito del pájaro ayuda a morir al día. La ardilla busca su refugio perdido. La tentación del fruto se interpone en la senda. Poniente rojizo madriguera de ardillas. En el pecho del hombre se oculta una ardilla asustada. La ardilla devora un corazón de cereza. La cola felpada de la sombra pasa sobre los objetos. En el árbol estremecido arde la ardilla desciende un peldaño baja otra vez aviva su fuego saltarín limpia el polvo de las hojas pone en fuga al pájaro que ayuda a morir al día. Jorge Carrera Andrade, Vocación terrena,…