(San Gabriel, Carchi-Ecuador, 1948) es un poeta, filósofo y ensayista ecuatoriano. ULISES Va a soñar entre los picos de las gaviotas que vienen a sus pies por las migajas nadie asome a perturbar su somnolencia a solas rumia el chasquido de las madreperlas enhiesto marino que enhebra sus leyendas de corsario de puertos lejanos viejo es su hábito de esconderse con los pájaros en él nada queda de la ostentosa astucia y el olvido jubila sus Calypsos sus Penélopes ya sólo el sueño saquea sus andrajos. ******************************* Exilio Sangres y huesos yacen Sin túmulos funerarios Los muertos no enterrarán a sus muertos Al anochecer Las agujas de los cipreses Enfiladas…
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Los pasos lejanos, de César Vallejo
Mi padre duerme. Su semblante augusto figura un apacible corazón; está ahora tan dulce… si hay algo en él de amargo, seré yo. Hay soledad en el hogar; se reza; y no hay noticias de los hijos hoy. Mi padre se despierta, ausculta la huida a Egipto, el restañante adiós. Está ahora tan cerca; si hay algo en él de lejos, seré yo. Y mi madre pasea allá en los huertos, saboreando un sabor ya sin sabor. Está ahora tan suave, tan ala, tan salida, tan amor. Hay soledad en el hogar sin bulla, sin noticias, sin verde, sin niñez. Y si hay algo quebrado en esta tarde, y que…
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Conversatorio entre Jorge Luis Borges, Octavio Paz y Salvador Elizondo
“Luna espejo del tiempo”.
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Invocación a Joyce, de Jorge Luis Borges
Dispersos en dispersas capitales, solitarios y muchos, jugábamos a ser el primer Adán que dio nombre a las cosas. Por los vastos declives de la noche que lindan con la aurora, buscamos (lo recuerdo aún) las palabras de la luna, de la muerte, de la mañana y de los otros hábitos del hombre. Fuimos el imagismo, el cubismo, los conventículos y sectas que las crédulas universidades veneran. Inventamos la falta de puntuación, la omisión de mayúsculas, las estrofas en forma de paloma de los bibliotecarios de Alejandría. Ceniza, la labor de nuestras manos y un fuego ardiente nuestra fe. Tú, mientras tanto, forjabas en las ciudades del destierro, en aquel…
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Un poema de Idea Vilariño a Juan Carlos Onetti
Ya no no viviremos juntos no criaré a tu hijo no coseré tu ropa no te tendré de noche no te besaré al irme nunca sabrás quién fui por qué me amaron otros. No llegaré a saber por qué ni cómo nunca ni si era de verdad lo que dijiste que era ni quién fuiste ni qué fui para ti ni cómo hubiera sido vivir juntos querernos esperarnos estar. Ya no soy más que yo para siempre y tú ya no serás para mí más que tú. Ya no estás en un día futuro no sabré dónde vives con quién ni si te acuerdas. No me abrazarás nunca como esa…
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Ezra Pound. CANTO LXXXI (Fragmento)
Lo que amas permanece, el resto no es nada. Lo que amas no te será arrebatado. Lo que amas es tu herencia verdadera. ¿De quién este mundo, mío, de ellos, o de nadie? Primero vino lo visible, entonces lo palpable, el Elíseo, da igual que fuera ante las puertas del Infierno. Lo que amas es tu herencia verdadera. Lo que amas no te será arrebatado. La hormiga es un centauro en su mundo de dragón. Humilla tu vanidad, no fue el hombre quien hizo el valor, el orden o la gracia. Humilla tu vanidad, humíllala te digo. Descubre en la naturaleza tu lugar en invención a escala o verdadero arte.…
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Cuentos de Tokyo (Japón-1953) de Yasujiro Ozu, 1903 – 1963.
«Yo he definido un estilo mío, propio, pero no creo que exista una gramática para hacer películas. Por eso, bienvenida sea la Nouvelle Vague, ¡ánimo a los directores nuevos y originales!». “…Bastaría, para hacer a su obra imperecedera, el retrato que Ozu hace de su tiempo. Pero su ingenio no se agota en la precisión y agudeza de su testimonio social e histórico y va más allá de él: atraviesa su tiempo y entra en la hazaña -que sólo algunos, muy pocos, cineastas elegidos han emprendido- de la representación del tiempo en cuanto tal, el enigma de su sustancia, que sigue siendo la médula de toda conquista de lo sublime.…
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LA VOZ A TI DEBIDA. [14] (Versos 494 a 521), de Pedro Salinas. (1892- 1951)
Para vivir no quiero islas, palacios, torres. ¡Qué alegría más alta: vivir en los pronombres! Quítate ya los trajes, las señas, los retratos; yo no te quiero así, disfrazada de otra, hija siempre de algo. Te quiero pura, libre, irreductible: tú. Sé que cuando te llame entre todas las gentes del mundo, sólo tú serás tú. Y cuando me preguntes quién es el que te llama, el que te quiere suya, enterraré los nombres, los rótulos, la historia. Iré rompiendo todo lo que encima me echaron desde antes de nacer. Y vuelto ya al anónimo eterno del desnudo, de la piedra, del mundo, te diré: «Yo te quiero, soy yo».