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Construccionismo social-relacional. Construcción conjunta, significativa y creativa de procesos de transformación en el proceso terapéutico, en la formación de profesionales y en la supervisión clínica. (1)

Consorcio Relacional y Socioconstruccionista del Ecuador (IRYSE)

Diego Tapia Figueroa, Ph.D. y Maritza Crespo Balderrama, M.A.

“La idea fundamental de la construcción social parece bastante sencilla, pero es a la vez profunda: todo lo que consideramos real ha sido construido socialmente. O más radical, nada es real hasta que la gente se pone de acuerdo en que lo es”.

Kenneth Gergen, (2011, p.13)

“El construccionismo social es una forma de indagación social…Encuentro útil recordar la aseveración de Gergen de que cualquier acción y su descripción están sujetas a revisión infinita”.

Harlene Anderson, (1999, p. 77 y p. 114)

La ética relacional, desde la perspectiva del construccionismo social, incluye diálogo, colaboración y toda una gama de prácticas relacionales.  Necesito de las otras personas para que coordinen conmigo la construcción del mundo; ser relacionalmente responsables es estar en sintonía con la relación misma”.

Sheila McNamee, (diario de campo, México, ISI-2015)

Alborada, 1965, de Pablo Picasso.

Nos basamos para esta serie, en esta tesis, de la que extraemos -adaptándolas- las propuestas e invitaciones a una postura relacional distinta para la construcción del proceso de diálogo terapéutico transformador.

¿Cómo el construccionismo social y las prácticas colaborativas y dialógicas son útiles para la co-construcción relacional de un espacio de formación y supervisión terapéuticas? Tapia Figueroa, Diego, Tesis (2018) para el Ph.D. con la Universidad Libre de Bruselas (VUB) y el TAOS INSTITUTE de Estados Unidos.

La reflexión acerca del sentido de las perspectivas relacionales en los procesos de trabajo con personas y comunidades, con sus culturas locales, conlleva e incita al desarrollo de preguntas a partir de reconocer los contextos y relaciones (Gergen, 1996), la incertidumbre de la compleja condición humana (Shotter, 2001), la responsabilidad relacional y la presencia radical (McNamee, 2013).

El construccionismo social, como se verá a continuación, en la cita de Kenneth Gergen (1996), ofrece posibilidades para encarnar consecuentemente, la acción con la reflexión y con la nueva acción, generando y expandiendo las posibilidades de construcción de alternativas significativas. De esta forma se abren posibilidades inéditas para la terapia, la formación, la supervisión clínica, la investigación y para la transformación social; esto tiene un significado ético y político.

“Aquello que la perspectiva construccionista añade, sin embargo, son dimensiones reflexivas y creativas: reconoce la naturaleza contingente de las construcciones propias, es sensible para con sus posibles efectos, y demuestra una apertura a generar alternativas (…) en el sentido más amplio esto es reconocer la cualidad de uno como miembro de una cultura, la propia participación continuada en los múltiples enclaves de significación. “(Gergen, 1996, p. 214).

Rescatamos los aportes de esta orientación socioconstruccionista y de prácticas colaborativas y dialógicas, así como las perspectivas generativas, que permiten proponer la construcción de una ética política. Una construcción conjunta de una cultura del buen trato, basada en los derechos humanos, las responsabilidades sociales y la justicia social; en el respeto a la diversidad, en la creación de espacios en los que puedan expresarse libre y abiertamente la multiplicidad de voces distintas, capaces de dialogar y generar una invitación nueva, para la coconstrucción de una sociedad más justa, equitativa y libre.

El cómo se puede construir, conjuntamente desde una ética relacional, nuevas historias, sintiéndose protagonistas y autores de procesos generativos, capaces de crear con alegría e imaginación, otras posibilidades de ejercicio y participación crítica, ética y política es la pregunta que también guía nuestra práctica profesional.

Vamos reconociendo, entre nosotros, que cuando queremos que todo sea evidente, racional, claro y con un por qué, se empobrece nuestra relación con el mundo.  Que aquello que contribuye a construir la confianza, tiene que ver con trabajar por el bienestar de todos nosotros (terapeutas, operadores, trabajadores sociales, consultantes, redes de relaciones).  Que el respeto está relacionado con crear un espacio para la libre expresión de las múltiples voces presentes y así se abre la posibilidad de construir conjuntamente otros mundos locales.

Estos son procesos de construcción conjunta, con las personas, los consultantes, las/los estudiantes, la comunidad; lo hacemos conversando para conectarnos, comprendernos, entendernos y ser relacionalmente las personas que nos gustaría ser con nosotros y con los otros. Crear en Ecuador, una red de relaciones y conexiones, que sostengan las ideas y las vuelvan prácticas que generan transformaciones (de ahí la creación de IRYSE -Instituto Relacional y Socioconstruccionista del Ecuador y la publicación quincenal de un artículo reflexivo en este sitio: https://iryse.org/)

Es una danza: la dialéctica entre creatividad y libertad, una deconstrucción con irreverencia y respeto a la vez, movilizar recursos propios inéditos con preguntas que generen la propia relación dialógica, gracias a la confianza entre todos los participantes involucrados.

Según Kenneth Gergen (1996, p. 180): “El enfoque construccionista no considera la identidad, para uno, como un logro de la mente, sino más bien, de la relación”. Los significados y la identidad nacen en un contexto, partiendo del principio relacional; el yo crece dentro del marco de intercambios y conversaciones en el que estamos insertos y la identidad es el resultado de las narraciones que cada uno de nosotros escribe dentro de tales danzas conversacionales.

El construccionismo social pone énfasis en las conversaciones, ya que, a través del lenguaje y significado, cada ser humano entra en relación con los otros, construyendo de esta manera su propia identidad o voz interna.  Cada idea, cada concepto nace del intercambio social mediado por el lenguaje.

Es importante que, al compartir, en el espacio terapéutico, sus logros y dudas, sus preguntas y procesos, puedan lograr, de a poco, en estos encuentros significativos, dar otros sentidos a sus propias prácticas sociales. “Es una actitud que invita a decirnos cómo son las cosas para ellos, qué les preocupa a ellos. John Shotter sugiere que en este escuchar y responder no actuamos en respuesta a un plan interior, sino que somos sensibles “en” una situación, y hacemos lo que la situación requiere” (Anderson, 1999, p. 209).

Susana y los ancianos, 1955, de Pablo Picasso.

El proponer preguntas reflexivas, abiertas, con un tono respetuoso, interrogativo, reflexivo, busca suscitar el despliegue de pensamientos internos que conecten y relacionen productivamente, la experiencia de estos encuentros terapéuticos, con su práctica social-profesional, con su cotidianidad.  Que, al interrogarse sobre sus propios aprendizajes y recursos, puedan también valorar, reconocer y legitimar los aprendizajes y recursos de las personas y los contextos con los que se relacionan.

Como nos invita Harlene Anderson (1999, p. 151):

“El objetivo -según Gergen y McNamee- de una exploración de la responsabilidad relacional no es cambiar a una u otra persona defectuosa ni resolver un conflicto. Más bien se trata de ampliar el espectro de las voces -” realidades relacionales”- que son aceptadas en la conversación. Hacerse más responsable, y dar más cuenta de sí (…).”

Se habla de la responsabilidad relacional como posibilidad de expandir las conversaciones, de cuidar las relaciones, de aceptar lo diverso. Hacerse responsable de la construcción de la calidad de nuevos diálogos y relaciones que generen creativamente nuevos futuros deseables.

La atención del construccionismo social se enfoca en las formas complejas de relación al interior de una cultura, de un contexto cultural local. Se entiende que lo humano necesita de los unos y los otros para la construcción conjunta de significados, para ser justos y responsables con los otros, para prevenir los abusos. Las concepciones éticas y las perspectivas políticas que se manejan son, evidentemente, construcciones culturales e históricamente situadas.  Las palabras “ética” y “política” comienzan a tener significado únicamente en los contextos relacionales en los cuales se participa. Es el diálogo lo que permite contextualizar el significado del comprender e invita a reflexionar, Harlene Anderson sostiene (1999): “Comprender es sumergirnos en el horizonte de otra persona, y es un proceso recíproco donde uno se abre al otro.  Se trata de un proceso activo, de un diálogo activo.  El horizonte no es fijo” (p. 75).

En el espacio terapéutico, así como en el de formación y supervisión que facilitamos se propician diálogos que generan la colaboración que implica que cada persona esté plenamente presente y que su aporte sea igualmente apreciado, reconocido y valorado; lo que produce un sentido de pertenencia, que moviliza un sentido de participación, que a su vez conlleva un sentido de corresponsabilidad, como resultado de este proceso. Nuestras respuestas están claramente influenciadas y son producto de la relación e interacción con el otro y con el contexto relacional.

En este contexto de reflexión crítica acerca de la incertidumbre, las perspectivas del construccionismo social-relacional abren opciones y alternativas para comprender y actuar de formas distintas, para expandir las maneras de interrelacionarse y las formas en que se construyen significados.

Partiendo de los postulados del socioconstruccionismo y las prácticas colaborativas y dialógicas y generativas, buscamos profundizar en la importancia de la presencia del otro, que se transforma en la interrelación, para generar aprendizajes compartidos sostenidos en el diálogo y la escucha y el reconocimiento de los contextos locales.

“En este sentido, el construccionismo social-relacional invita a adoptar una actitud de curiosidad infinita, a mantenernos constantemente abiertos a lo que cada tradición aporta de riqueza y combinaciones impensadas.  Si admitimos que las realidades de hoy dependen de los acuerdos que alcancemos hoy, ante nosotros se abren enormes posibilidades.  No estamos destinados a repetir el pasado; la innovación a través de la colaboración abre perspectivas nuevas.” (Gergen, 2011, p 50.).

Suite 156, Variación sobre Ecce Homo de Rembrandt (entre enero de 1970 y marzo de 1972), de Pablo Picasso.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA

Anderson, H. (1999). Conversación, lenguaje y posibilidades.  Un enfoque posmoderno de la terapia. Buenos Aires, Argentina Editorial Amorrortu.

Gergen, K (1996).  Realidades y relaciones.  Aproximaciones a la construcción social. Barcelona, España. Editorial Paidós.

Gergen, J. (2011). Construir la realidad.  El futuro de la psicoterapia.  Barcelona, España: Editorial Paidós.

Gergen, K. y Gergen, M. (2011).  Reflexiones sobre la construcción social. Barcelona, España: Editorial Paidós.

Gergen, K (2016).  El Ser relacional. Más allá del Yo y la Comunidad. Bilbao, España: Editorial Desclée de Brouwer, S.A.

IRYSE (2018) Blog del Instituto Relacional y Socioconstruccionista del Ecuador (IRYSE): https://iryse.org/

McNamee, S. (2013). La poesía social de la investigación comprometida con la relación.  La investigación como conversación.  En Deissler, K. & McNamee, S.  (Ed) Filo y Sofía en diálogo: la poesía social de la conversación terapéutica (pp. 102-109). Ohio, USA: Ed. Taos Institute Publication.

Tapia Figueroa, Diego, Tesis (2018) para el Ph.D. con la Universidad Libre de Bruselas (VUB) y el TAOS INSTITUTE de EEUU.

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