Arte y literatura

E. E. Cummings, 5 poemas. (14 de octubre de 1894 Cambridge, Massachusetts, EE. UU. – 3 de septiembre de 1962, Madison, New Hampshire, EE. UU.)

 

Llevo tu corazón conmigo

Llevo tu corazón conmigo (lo llevo en mi

corazón) nunca estoy sin él (tú vas dondequiera

que yo voy, amor mío); y todo lo que hago

por mí mismo lo haces tú también, amada mía

no temo al destino (pues tú eres mi destino, mi amor)

no deseo ningún mundo (pues hermosa tú eres mi mundo,

mi verdad) y tú eres todo lo que una luna siempre

ha sido y todo lo que un sol cantará siempre eres tú

he aquí el más profundo secreto que nadie conoce

(he aquí la raíz y el brote del brote y el cielo del cielo

de un árbol llamado vida; que crece más alto de lo

que un alma puede esperar o una mente puede ocultar)

y éste es el prodigio que mantiene a las estrellas separadas

llevo tu corazón (lo llevo en mi corazón)

 

Tanto ser diverso

Tanto ser diverso (tantos dioses y demonios

éste más ávido que aquél) es un hombre

(tan fácilmente uno se esconde en otro;

y, no obstante, cada uno, siendo todos, no escapa de ninguno)

tumulto tan vasto es el deseo más simple:

tan despiadada mortandad la esperanza

más inocente (tan profundo el espíritu del cuerpo,

tan lúcido eso que la vigilia llama sueño)

tan solitario y tan nunca el hombre solo

su más breve latido dura un año terrestre

sus más largos años el latido de un sol;

su más leve quietud lo lleva hasta la estrella más joven)

¿Cómo podría ese tanto que se llama a sí mismo Yo

atreverse a comprender su innumerable Quién?

 

Hombre no…

Hombre no, si los hombres son dioses; mas si los dioses

han de ser hombres, el único hombre, a veces, es éste

(el más común, porque toda pena es su pena;

y el más extraño: su gozo es más que alegría)

un demonio, si los demonios dicen la verdad; si los ángeles

en su propia generosamente luz total se incendian,

un ángel; o (daría todos los mundos

antes que ser infiel a su destino infinito)

un cobarde, payaso, traidor, idiota, soñador, bruto:

tal fue y será y es el poeta,

aquel que toma el pulso al horror por defender

con el pecho la arquitectura de un rayo de sol

y por guardar el latido del monte entre sus manos

selvas eternas con su desdicha esculpe.

 

VII

¿quién sabe si la luna no es

un globo que ha partido de una profunda ciudad

en el cielo –repleto de personas hermosas?

(y si tú y yo

nos subiésemos a él, si

nos aceptaran a ti y a mí en su globo,

entonces

nos elevaríamos con todas esas hermosas personas más alto

que las casas, los campanarios y las nubes:

navegaríamos

y navegaríamos hasta una profunda

ciudad que nadie ha visitado jamás, donde

siempre

es

Primavera) y todo el mundo está

enamorado y las flores se cogen solas.

 

XLVIII

ven un poco más lejos —por qué tener miedo—

ya despunta la primera estrella (¿tienes algún deseo?)

tócame

antes de que perezcamos

(créeme que nada de cuanto se ha

inventado podría arruinar esto o este instante)

bésame un poco:

el aire

se oscurece y está vivo—

vive conmigo en la parquedad de

estos colores;

que solos a duras penas

están siempre fuera del alcance de la muerte.

 


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