Arte y literatura

Educar, por Gabriel Celaya

 Pero para eso, / uno tiene que llevar en el alma / un poco de marino, / un poco de pirata, / un poco de poeta, / y un kilo y medio de paciencia concentrada. 
  
 Pero es consolador soñar, / mientras uno trabaja, / que esa barca, ese niño / irá muy lejos por el agua.
  
 Soñar que ese navío / llevará nuestra carga de palabras / hacia puertos distantes, hacia islas lejanas.
  
 Soñar que cuando un día / esté durmiendo nuestro propio barco, / en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada.