Arte y literatura

Emily Dickinson (10 de diciembre de 1830, Amherst, Massachusetts, Estados Unidos – 15 de mayo de 1886, Amherst, Massachusetts, Estados Unidos)

Ensueño

Para fugarnos de la tierra

un libro es el mejor bajel;

y se viaja mejor en el poema

que en el más brioso y rápido corcel

Aun el más pobre puede hacerlo,

nada por ello ha de pagar:

el alma en el transporte de su sueño

se nutre sólo de silencio y paz.

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“La Esperanza” es esa cosa con plumas —

Que se asienta en el alma —

Y entona la canción sin las palabras —

Y nunca se detiene — del todo —

y más dulce — se escucha — en la Galerna —

Y airada debe estar la tormenta —

que pudo avergonzar al Pajarito

que a tantos les dio abrigo —

Le escuché en la tierra más fría —

y en el más gélido Mar —

pero, nunca, en la Adversidad

Me pidió una sola — migaja.

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335

«No es que morir nos duela tanto.

Es vivir lo que más nos duele.

Pero el morir es algo diferente,

un algo detrás de la puerta.

La costumbre del pájaro de ir al Sur

-antes que los hielos lleguen

acepta una mejor latitud-.

Nosotros somos los pájaros que se quedan.

Los temblorosos, rondando la puerta del granjero,

mendigando su ocasional migaja

hasta que las compasivas nieves

convencen a nuestras plumas para ir a casa».

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917

El Amor – es anterior a la Vida –

posterior – a la Muerte –

inicial de la Creación, y

de la tierra el Exponente –

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1406

Nunca se supo de Pasajero que huyera

tras alojar una noche en la memoria —

Esa astuta — Posada subterránea

se las ingenia para que ninguno vuelva a salir —

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1129

Toda la verdad decidla pero al sesgo —

el éxito mora en rodeos

demasiado brillante para nuestro doliente deleite

la verdad soberbia sorprende

como el relámpago a los niños

que una buena explicación tranquiliza

la verdad tiene que deslumbrar gradualmente

o todo hombre será ciego —

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113

c Soportar nuestra parte de noche —

nuestra parte de amanecer —

Nuestro vacío llenar con deleite,

nuestro vacío con desdén —

Una estrella aquí y otra allá,

¡algunos pierden el camino!

Una niebla aquí — y otra allá —

y luego – ¡El Día!