(Glenn Gould: 25 de septiembre de 1932, Toronto, Canadá – 4 de octubre de 1982, Toronto, Canadá. 50 años).
“…Completada en un total de solo cuatro días (del 10 al 16 de junio de 1955) y lanzada en enero de 1956, la primera grabación de Glenn Gould de las Variaciones Goldberg de Bach -cuando el pianista canadiense de entonces veintidós años grabó su álbum debut para Columbia Masterworks- se convirtió en uno de los álbumes clásicos más exitosos de todos los tiempos y en un ícono en la historia del disco de gramófono”.
En 1983, el escritor austríaco Thomas Bernhard escribe El malogrado, novela que gira en torno a un pianista ficticio llamado Wertheimer (el malogrado, precisamente) y que tiene como uno de sus personajes a Glenn Gould, considerado un modelo de genio interpretativo, mencionando especialmente sus versiones de las Variaciones Goldberg de Johann Sebastian Bach.
Lo escribe Bernhard: “Glenn, durante toda su vida, quiso ser el Steinway mismo, odiaba la idea de estar entre Bach y el Steinway solo como mediador musical, y de ser triturado un día, según él: ‘quedaré triturado entre Bach por un lado y el Steinway por otro”.
Glenn Gould representó para la música clásica lo que los Beatles representaron para el rock: una enorme bocanada de aire fresco, un rotundo estallido de talento, virtuosismo y originalidad, una revolución liberadora.
La nave Voyager 1, que despegó de la Tierra el 5 de septiembre de 1977 en búsqueda de vida extraterrestre, lleva, entre otras muestras representativas de actividad humana, una grabación del preludio y fuga número 1 del Clave bien temperado de Johann Sebastian Bach volumen II, interpretada por Glenn Gould.
A Glenn Gould, le gustaba sobre todo Bach y leer literatura; ah, y también escuchar a Petula Clark:
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