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Investigación Relacional Dialógica (II)

                       

Diego Tapia Figueroa, Ph.D.  y Maritza Crespo Balderrama, M.A.

(noviembre, 2019)

“Amor es más que la sabiduría:es la resurrección, vida segunda. El ser que ama revive o vive doblemente.Minero del amor, cavo sin tregua hasta hallar el filón del infinito.”
 (Jorge Carrera Andrade)

La Trinidad, 1425, de Andrei Rublev.

Curiosidad con reflexión (*)

Las ideas sobre investigación que surgen en las perspectivas ortodoxas modernistas-positivistas (sobre todo en ámbitos académicos y científicos dominantes y tradicionales), con su ideología de esencias y verdades únicas, tienden a privilegiar el análisis e interpretaciones del experto; a elegir las encuestas, instrumentos y los formatos estereotipados para recopilar información unilateral; sacar conclusiones cuantitativas que confirman lo que plantean sus hipòtesis rígidas y sus teorías absolutas; continuar repitiendo que existen verdades generalizables válidas para todas las personas, verdades científicas universales aplicables en todo contexto, cultura, época.

Se trata de una cosmovisión estandarizada, fija y dogmática, que está convencida que la forma de hacer investigación científica -correcta/superior- es desde la perspectiva cuantitativa/modernista o la cualitativa/modernista, como modelo de lo que se puede y debe hacer y de lo que no.  Con tecnicismos banales e inútiles sostiene su credibilidad y respetabilidad académica y profesional. Esta manera de investigar propone un recetario reduccionista con pasos a seguir; formatos, protocolos, hojas de ruta con un eterno “deber ser” incuestionable.

Investigaciones hechas para inflar hojas de vida, escalar laboralmente, competir y ganar medallas de omnipotente experto que conquista más poder y privilegios. Investigaciones que pocos o ningunos leerán, que a nadie importa; se archivan y olvidan. Funcionales al estatu quo. Ecos normativos de un pensamiento filosófico, político y social muerto. Con un lenguaje para la domesticación, el disciplinamiento, el conformismo social, la subalternidad y la vulgarización cínica de los significados funcionales al poder. Investigaciones sin curiosidad, sin preguntas nuevas, sin respeto, creatividad ni imaginación, sin espíritu crítico ni ética relacional y vacías de potencia poética y transformadora.

Un hecho consecuente con la ambición por triunfar y mandar es el comercio establecido para publicar. Revistas indexadas con tarifas ad hoc según el tipo de refrito que se quiera publicar o hacer como que se ha publicado. Un nombre o una lista de nombres, que nada hicieron, excepto pagar el porcentaje estipulado. Luego podrán dar clases de investigación científica, dirigir tesis o proyectos, ser autoridades académicas y medrar. Es lo que hay en la periferia y en esta sociedad. Y, sin embargo, sigamos con lo que confiamos pueda aportar la diferencia…

En el construccionismo relacional en la investigación, se habla de que la investigación es un proceso de transformación experimentada por todos los participantes. Se invita a los otros a una actitud de “curiosidad con reflexión“.

La investigación desde el construccionismo social es una práctica reflexiva en la que investigar es preguntar para ampliar, procesar y entender lo que se va haciendo juntos.  Para aprender de lo que hacemos y de lo que podríamos hacer distinto.  Lo que nos interesa en el proceso es el conocimiento práctico, que sirva y sea útil para todos los participantes en su específico contexto de cultura local.

Apegados a lo sucedido en las conversaciones expuestas en estas páginas, no tendría sentido plantear conclusiones que “cierren” puertas, sino explorar y sugerir procesos de construcción de vida en común, potenciando los recursos que tienen las comunidades, para desarrollar posibilidades relacionales, nuevas reflexiones críticas, diálogos colaborativos, narraciones inéditas y lenguajes creadores de mundos posibles.

La investigación como diálogo, como conversación que responde a relaciones y situaciones específicas

La investigación tiene también la potencialidad de invitar al diálogo transformativo, si se le concibe como parte de la poesía social (…). Por tanto, la investigación es también ella misma una forma de conversación, lo que es lo mismo otra forma de diálogo y con ella -al igual que en toda actividad comprometida con la relación- se describen nuestros mundos.  Uno puede representarse el mundo solo en el lenguaje, es decir, en aquello que hacemos en conjunto.

Concebir la investigación como actividad poética, significa enfocar la tensión en la investigación como diálogo, es decir, como conversación que responde a relaciones y situaciones específicas, y puede por consiguiente ampliar el espectro de posibilidades e ideas para otras formas de vida social. (McNamee, 2013, p. 108).

La investigación investigación es un proceso de construcción social guiado por el diálogo que va articulando y dando significado, por lo tanto, no tiene objetivos predeterminados (salvo el que está relacionado con facilitar las conexiones sociales, las conversaciones significativas, reflexivas y transformadoras) sino que responde, pragmáticamente, a las necesidades de los participantes y al contexto de la cultura local.

La perspectiva que aporta Kenneth Gergen (2016), nos permite comprender la apertura y flexibilidad de esta postura:

Yo opino que terapeutas de casi cualquier escuela –desde psicoanálisis a meditación Budista– pueden aportar recursos importantes para permitir a los consultantes escapar del auto-tormento aislado. Todos pueden afirmar al individuo como participante válido en el mundo social, en contraposición a tratarlo con desconfianza o ignorarle. Todos pueden establecer una relación de cuidado que contribuya a la ventaja especial de la terapia por encima de otras formas de responder a la desviación. Y al mismo tiempo son variaciones fantásticas de cuánto de la dispersión privada del paciente será afirmada y legitimada en la conversación. (p. 434).

Las preguntas planteadas buscan iniciar un proceso de diálogo colaborativo, que permitirá ampliar las redes de relaciones y comenzar a superar el desconocimiento conceptual y práctico, desplegando y ampliando alternativas creativas.

El seguir con los otros, conectados y en relación

 Como nos explica Celiane Camargo-Borges (2014, p.347):

La epistemología dialógica del construccionismo social se interesa por la creación de prácticas conversacionales que puedan construir caminos posibles para que las personas sigan juntas. Se interesa por la utilización de un discurso no persuasivo, sino uno que pueda ser compartido, para que no se cierren las conversaciones, sino que se abran nuevas posibilidades inclusivas para estas conversaciones.

Es elegir un lugar distinto para la creación de lo distinto, una posición dialógica capaz de generar acciones-prácticas conversacionales en la construcción de nuevos caminos orientados a la creación conjunta del bienestar con los demás y a decidir, responsablemente, el seguir con los otros, conectados y en relación.  Seguir juntos, en un discurso respetuoso con la alteridad, la diversidad y la multiplicidad, la polisemia; un discurso que se compromete con el otro como forma de compartir lo significativo, desde una curiosidad y apertura que inicie conversaciones en lugar de restringirlas, que incluya todas las voces en nuevas conversaciones transformadoras.

Son los coinvestigadores  -constituidos por la investigación como una comunidad de aprendizaje colaborativo- el que lleva el proceso a un nivel distinto al que comenzaron. Donde no podrían haber llegado de forma individual (niveles poéticos). Comprendiendo que, desde sus contextos y con una actitud curiosa; coordinando las diversidades y multiplicidades; movilizando recursos con una actitud innovadora, flexible y con perspectiva, se producirán los cambios.

Existe una intención ética y política de este estilo de investigación, junto al proceso de construcción conjunta de prácticas y significados transformadores. Porque lo ético y lo político atraviesa todas las interrelaciones en las que participamos y la elección del socioconstruccionismo, al entretejer estas conexiones, invita a una manera de ser ética y políticamente consecuentes con la construcción en conjunto de otros futuros, que signifiquen contribuir al bienestar de las comunidades locales.

La metodología utilizada en la investigación construccionista se sostiene en el análisis dialógico

La conversación colaborativa requiere compartir, confiar y participar activamente para crear un significado. Cuando uno escucha activamente a otro, fluye la conversación y se hace significativa para los interlocutores.
La manifestación de esta multiplicidad y complejidad es lo que se busca potenciar en los encuentros con los coinvestigadores que darán como resultado un documento que aporte y construya lo distinto.

En palabras de Tom Strong (2003): “Colaborar significa mantener lo que decimos o hacemos muy cerca de lo que plantea el consultante, y mucho menos de lo que establecen nuestras teorías” (p. 134).

Entre los objetivos del proceso de investigación está crear y entretejer conexiones relacionales, confianza, curiosidad y respeto recíprocos entre todos los participantes. Este respeto, se relaciona además con la voluntad de enriquecer la sensibilidad humana, con un lenguaje de afecto entre los interlocutores. Algo complejo, porque, como ya se dijo, conlleva niveles de reciprocidad; es decir, buen trato, gentileza, aprecio, autenticidad, aceptación de las diferencias.

Desde esta perspectiva se entiende que lo relacional es la base de todo lo social y que es de allí de donde surgen los significados que permitirán comprenderse para desarrollar nuevas construcciones para la acción coordinada, movilizando todos los recursos que nutren las conversaciones, preguntando si hay otras maneras de concebir el futuro, de generar alternativas que permitan estar juntos en un mundo social complejo que se hace propio porque se lo transforma conjuntamente.

Harlene Anderson invita a reflexionar sobre lo que, según sus palabras, explica en este texto publicado en español en el 2012, acerca del significado de la transformación: “El cambio o transformación se genera en el lenguaje, es parte del proceso participativo de comprender y está lleno de incertidumbre y riesgo.” (p. 4). Son los diálogos creativos y distintos, las conversaciones guiadas por la conexión con los otros, los que contribuyen en la construcción de esa forma de ser colaborativos, que expande las posibilidades relacionales y generan mundos futuros impensados.
El carácter de experto de un terapeuta estriba en su capacidad para crear y facilitar espacios y procesos dialogísticos.  El foco de la responsabilidad está en las formas de relaciones que invitan a estos procesos y los amplían.  El foco no está en el contenido.  Lo decisivo en esta expertez yace en la posición que asume el o la terapeuta.  Esta posición se describe mejor como una postura filosófica -un modo de reunirse, de reflexionar juntos, y de hablar con las personas con las que trabaja un terapeuta.  Se trata de una postura caracterizada por una manera de obrar auténtica, espontánea y natural. Mediante esta actitud, tono y posición, se le está diciendo al otro: “Yo te respeto”, “Tú tienes algo valioso que decirme” y “Yo quisiera oírlo”” (Anderson, 2013, p. 64).

Es una investigación para producir transformaciones en los contextos relacionales que participan en la investigación

Es en el proceso relacional que se da la transformación mutua, como sugiere el construccionismo social.  “En efecto, los construccionistas intentan comprender la comprensión de las cosas y, al hacerlo, ofrecen herramientas o discursos que se pueden utilizar para muchos propósitos (…) La metáfora del construccionismo como un gran paraguas bajo el cual hay lugar para cobijar todas las formas de crear la realidad, e incluso, para acoger la aparente realidad del construccionismo en sí mismo.” (Gergen y Gergen, 2011, p.108).

Es la importancia de pensar críticamente los propios supuestos teóricos y la necesidad de abrir el panorama a las otras maneras de conceptualizar y comprender la investigación.Relacional, significa que es una investigación para producir transformaciones en los contextos relacionales que participan en la investigación. Y, tenemos claro que es un proceso que jamás se termina, se trata de un proceso de diálogo infinito.

Esta postura sostiene que el conocimiento tiene sujeto y ese sujeto tiene voz. McNamee (2012) reflexiona acerca que los marcos de confiabilidad son más la consistencia interna y la legitimación de la comunidad lingüística, que la visión de causa efecto y la exactitud de la muestra.

En las interacciones cotidianas con otros, se construye la realidad relacional en la que las comunidades y personas viven. Para el construccionismo se trata de la acción común, o qué hacer juntos y lo que constituye su hacer. El construccionismo afirma que la utilidad de la investigación está en la generación de potenciales de acción que crea junto con la crítica reflexiva a la que invita a los participantes.

Grandesso (2014) sostiene que, como terapeuta construccionista social y de prácticas colaborativas y dialógicas, existe una clara comprensión de la importancia del diálogo como el contexto para la transformación; por ello, el diálogo (metodológicamente) se organiza a partir de la propia conversación.  Y esta forma de estar con es lo que abre las posibilidades de que sean diálogos creativos e innovadores, prácticas dialógicas transformadoras.

– En quince días, ampliaremos el sentido y la importancia del diálogo para la investigación relacional.

(*) Basado en la Tesis (2018) de DTF, para el Ph.D. con la Universidad Libre de Bruselas (VUB) y el TAOS INSTITUTE.


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