Arte y literatura

Roberto Juarroz, 4 poemas (5 de octubre de 1925, Coronel Dorrego, Argentina – 31 de marzo de 1995, Temperley, Argentina)

Así como no podemos

Así como no podemos

sostener mucho tiempo una mirada,

tampoco podemos sostener mucho tiempo la alegría,

la espiral del amor,

la gratuidad del pensamiento,

la tierra en suspensión del cántico.

No podemos ni siquiera sostener mucho tiempo

las proporciones del silencio

cuando algo lo visita.

Y menos todavía

cuando nada lo visita.

El hombre no puede sostener mucho tiempo al hombre,

ni tampoco a lo que no es el hombre.

Y sin embargo puede

soportar el peso inexorable

de lo que no existe.

  •  

Undécima poesía vertical

4

Romper también las palabras,

como si fueran coartadas ante el abismo

o cristales burlados

por una conspiración de la luz y la sombra.

Y hablar entonces con fragmentos,

hablar con pedazos de palabras,

ya que de poco o nada ha servido

hablar con las palabras enteras.

reconquistar el olvidado balbuceo

que hacía juego en el origen con las cosas

y dejar que los pedazos se peguen después solos,

como se sueldan los huesos y las ruinas.

A veces lo roto precede a lo entero,

los trozos de algo son anteriores a algo.

El aprendizaje de la unidad

es aún más humilde e incierto

que lo que sospechamos.

La verdad es tan poco segura

Como su negación.

  •  

Buscar una cosa

Buscar una cosa

es siempre encontrar otra.

Así, para hallar algo,

hay que buscar lo que no es.

Buscar al pájaro para encontrar a la rosa,

buscar al amor para hallar el exilio,

buscar la nada para descubrir un hombre,

ir hacia atrás para ir hacia adelante.

La clave del camino,

más que en sus bifurcaciones,

su sospechoso comienzo

o su dudoso final,

está en el cáustico humor

de su doble sentido.

Siempre se llega,

pero a otra parte.

Todo pasa.

Pero a la inversa.

El fruto es el resumen del árbol,

el pájaro es el resumen del aire,

la sangre es el resumen del hombre,

el ser es el resumen de la nada.

La metafísica del viento

se notifica de todos los resúmenes

y del túnel que excavan las palabras

por debajo de todos los resúmenes.

Porque la palabra no es el grito,

sino recibimiento o despedida.

La palabra es el resumen del silencio,

del silencio, que es resumen de todo.

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Las palabras no son talismanes

Pero cualquier cosa puede

transmutarse en poesía

si la toca la palabra indicada.

No es asunto de magia ni de alquimia.

Se trata de pensar de otro modo las cosas,

palparlas de otro modo,

abandonar las palabras que las usan

y acudir a las palabras que las cantan,

las palabras que las levantan en el viento

como clavos ardiendo en el asombro.

Estacas convertidas en estrellas,

zapatos para calzar crucifixiones,

cegueras abiertas en la espalda del día,

visiones reservadas para volver a despertar,

ternuras que se postergan para salvar el amor.

Se trata solamente de crear otra voz:

la voz ausente adentro de las cosas

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