Diego Tapia Figueroa, Ph.D. y Maritza Crespo Balderrama, M.A.
(enero, 2021)
“La praxis da sentido a las palabras.”
(Ludwig Wittgenstein)
Harlene Anderson (II)
Proponemos una selección de breves conceptos, reflexiones, ideas, propuestas de algunos de los principales exponentes de la postura, perspectiva, teoría y práctica socioconstruccionista. Para facilitar la lectura reflexiva proponemos citas concretas textuales sin especificar cada vez las fuentes, por ello proponemos al final la bibliografía de referencia para que puedan hacer sus propias búsquedas y lecturas. Es una invitación a abrir su curiosidad por estos apasionantes aportes.
Seguimos con Harlene Anderson, Ph.D. (Nació el 1 de diciembre de 1942, en Houston, Texas, Estados Unidos).
- La terapia colaborativa no tiene una serie de técnicas específicas o ciertos pasos a seguir. Se trata más bien de una filosofía o postura respecto a la gente, a las personas que nos consultan y cómo nos relacionamos con ellos. Esta postura filosófica se manifiesta en una actitud que le comunica al otro que vale la pena escuchar lo que tiene que decir, que lo vemos como un ser humano único y no lo categorizamos como miembro de cierto grupo o tipo de personas. Si un terapeuta cree esto, se conectará de forma auténtica con el otro y podrá colaborar y construir con él en un proceso terapéutico participativo, colaborativo y poco jerárquico. Otro aspecto importante de este enfoque es que supone que la mayoría de las personas valoran y quieren tener relaciones exitosas y una buena calidad de vida.
- De manera explícita, el profesional adapta sus respuestas a la singularidad de cada consultante y los integrantes de su sistema, hablando con ellos sobre lo que es importante para ellos con la intención de que el encuentro generará transformaciones potenciales.
- El consultante es el experto en lo que dice con respecto al contenido: él es el que sabe de sus experiencias de vida y de las razones que lo traen a la terapia. El terapeuta, con todo esto, es el especialista en el proceso: su experticia consiste en crear un contexto dialógico, comprometiéndose con el consultante en una conversación en primera persona…Un terapeuta se constituye en un recurso para una manera de ser.
- Un proceso de formar, decir y expandir lo no dicho y lo que necesita ser dicho -un desplegarse por medio del diálogo, de nuevos significados, temas, narrativas e historias- por medio de las cuales nuevas auto descripciones pueden surgir.
- El objetivo -según Gergen y McNamee- de una exploración de la responsabilidad relacional no es cambiar a una u otra persona defectuosa ni resolver un conflicto. Más bien se trata de ampliar el espectro de las voces –“realidades relacionales”- que son aceptadas en la conversación. Hacerse más responsable, y dar más cuenta de sí (…).
- Coherencia entre la forma de ser en lo personal y en lo profesional. Cuando un profesional está “realizando” su trabajo, está presente también como persona (…) Más allá de que sea posible separar lo “personal” de lo “profesional”, podemos preguntarnos qué es lo que perderíamos al tratar de crear esta separación. Las conexiones personales y profesionales pueden ampliar y mejorar todos los aspectos de nuestras vidas. Una razón de esto es que nuestros consultantes y alumnos tampoco dejan “afuera” su naturaleza personal cuando nos reunimos con ellos. Todos anhelamos la conexión humana y lo que somos como personas es lo que tenemos para ofrecer al otro (…) Conocer a “la persona del profesional” agrega dimensión y profundidad a la relación, además de promover una atmósfera favorable para la formación de una comunidad colaborativa.
- La manera en que comenzamos a recibir y conocer a las personas crea el tipo de conversaciones y relaciones que podemos tener con ellas.
- Asume la responsabilidad de invitar relaciones colaborativas (contexto) y conversaciones dialógicas (proceso).
- El terapeuta/facilitador ofrece preguntas, opiniones, percepciones y sugerencias como una forma de participar en la conversación y de manera tentativa.
- La nueva perspectiva sugiere una colaboración entre terapeuta y consultante que tiende a ser menos jerárquica, autoritaria y dualista, y más horizontal, democrática e igualitaria…es una conversación entre compañeros…
- Vivimos, organizamos y damos sentido a nuestra vida a través de narrativas construidas socialmente. Nuestras historias no se forman aisladas, sino que son relacionales. Los significados e interpretaciones que adscribimos a los acontecimientos y experiencias de nuestras vidas -incluida nuestra propia identidad personal- son creados, experimentados y compartidos por individuos que se hallan en relación y diálogo entre sí.
- Por el otro lado, si el terapeuta es responsivo hacía el consultante, entonces puede ofrecer sugerencias, siempre que se mantenga en una postura de “no saber” en términos de creer que sus sugerencias son lo correcto. El punto no es asumir como terapeutas que “no sabemos nada”, pero si asumir que “sabemos diferente”.
- La conversación -en la terapia, en la enseñanza, en una consulta empresarial- busca ayudar a la gente a que tenga el coraje y la capacidad de “moverse entre las cosas y los sucesos en el mundo”, de “tener una perspectiva clara”, de producir. Lo permite un tipo especial de conversación -un diálogo- y la capacidad del terapeuta de crear un espacio dialógico. Y la terapia es un sistema de lenguaje y un acontecimiento lingüístico que reúne a la gente en una relación y una conversación colaborativas -una búsqueda conjunta de posibilidades-; se trata de facilitar un proceso dialógico -una postura filosófica-.
- A través de la conversación formamos y reformamos nuestras experiencias vitales; creamos y recreamos nuestra manera de dar sentido y entender; construimos y reconstruimos nuestras realidades y a nosotros mismos. Algunas conversaciones aumentan las posibilidades; otras las disminuyen. Cuando las posibilidades aumentan, tenemos una sensación de acción creadora, una sensación de que podemos encarar lo que nos preocupa o perturba –nuestros dilemas, problemas, dolores y frustraciones- y lograr lo que queremos –nuestras ambiciones, esperanzas, intenciones y acciones.
- La nueva perspectiva sugiere una colaboración entre terapeuta y consultante que tiende a ser menos jerárquica, autoritaria y dualista, y más horizontal, democrática e igualitaria…es una conversación entre compañeros.
- El propósito de la terapia es ayudar a que las personas cuenten sus narrativas en primera persona, de modo que puedan transformar sus identidades en otras que les permitan entender su vida y sus aconteceres, que abran muchas maneras posibles de ser y actuar en el mundo en cualquier momento y en cualquier circunstancia, y que les ayuden a conseguir y expresar o ejecutar su creatividad o su sentido de autonomía.
- La relación y la conversación van de la mano. Los tipos de relaciones en las que participamos influyen en la calidad de las conversaciones que podemos tener con el otro, y viceversa. No pueden no hacerlo.
- Para mí, escuchar nunca es una actividad independiente. Está interconectada con hablar, responder y oír, todo lo cual es esencial en cualquier esfuerzo genuino por aceptar y entender al otro. Es un proceso de ser y comprometerse con el otro como un ser humano único. John Shotter se refiere a este tipo de escucha como escucha sensible: siempre preparado para responder con curiosidad y como una invitación para compartir más.
- Hablo para invitar al otro a hablar para que yo pueda escuchar. Escucho para responder. Responder es una responsabilidad humana, moral y la forma en que respondo es decisiva. Lo que parece ser o estar «sin respuesta» es una respuesta que el hablante puede interpretar de diferentes maneras. La forma en que respondemos señala la importancia -o no importancia- de la otra persona y lo que dijo. Quiero responder para reconocer que el otro ha hablado y mostrar coherencia con lo que se dijo o lo que creo que se dijo. Quiero responder de una manera que me ayude a aclarar si realmente he escuchado lo que el otro quería que escuchara, y hacerlo de una manera, tono y actitud de respeto y curiosidad. El respeto y la curiosidad muestran el aprecio por y el reconocimiento de la “humanidad” del otro.
- La autenticidad es importante. Debemos mostrar sincero y genuino interés y estar presentes en y con la relación. Pero no importa cómo nos esforcemos por ser genuinos, también debemos reconocer que no podemos ser ciegos a nuestros propios valores, creencias y prejuicios. Nuestros oídos, ojos y cuerpo -nuestras lentes y nuestros sensores- están llenos de influencias culturales e históricas que fácilmente nos pueden llevar a suponer, juzgar, culpar o categorizar al otro. Tendemos a hacer sentido del otro, su narrativa y nuestra experiencia de ellos a través de nuestros pre-entendimientos y percepciones- lo que hacemos desde nuestros mapas que tienen-sentido.
- No podemos trascender nuestras realidades gratuitamente o pretender que nuestras subjetividades no existan. Podemos, sin embargo, ser un oyente y emisor interesado y curioso que está intentando aprender del otro, y aprender de su mapa-de-sentido, no del nuestro. Encuentro que cuando estoy involucrada en este tipo de aprendizaje, mis respuestas a lo que creo que escucho y entiendo son más coherentes con lo que el otro quiere o anhela. Esto no sugiere que la intención de mi respuesta siempre sea apoyar, validar o condenar lo que se dijo. Simplemente quiero asegurarme de que entiendo lo mejor que puedo. Por lo tanto, el entendimiento es activo y no pasivo, así como es mutuo y no singular.
- La escucha «verdadera» puede ocurrir solo cuando estamos abiertos a la diferencia y a la singularidad del otro sin juzgar, culpar o criticar. Al ser y hacerlo así, estamos escuchando éticamente.
- Al escuchar éticamente, no nos esforzamos por cambiar al otro, sino que nos permitimos a nosotros mismos ser influenciados por ellos.
- Contribuir a crear una comunidad en acción, que se conecta de formas significativas, con creatividad e imaginación, en diálogos y acciones conjuntos, comprometidos en transformaciones que generan bienestar común.
- …tiene que ver con la manera en que reflexionas sobre esto: ¿Cómo piensas acerca de las personas con las que trabajas? ¿Cómo piensas acerca de ti mismo? ¿Cómo piensas acerca de lo que están haciendo juntos en ese diálogo terapéutico, en ese encuentro? ¿Qué hacen y se genera de distinto y cómo lo hacen? ¿Cuál es el objetivo de estar juntos?
- Como terapeuta: habla poco, escucha mucho (escucha profundo, al otro; escucha con todo el cuerpo), ten el objetivo presente. Estamos con las personas: escuchando, hablando, respondiendo de una forma más activa, significativa. Invitamos a las voces silenciosas de los consultantes (sus diálogos internos) a que se expresen, dándoles sentido.
- Dejar de interpretar un rol, el rol de terapeuta y elegir ser persona entre y con otras personas. Aprender una manera de ser con las personas; de dialogar con las personas; de estar con las personas. ¿Cómo tener una relación con los consultantes que sea generativa y de donde las responsabilidades van a emerger del diálogo transformador? Comprender es un proceso dialógico que pasa entre las personas, no es una cosa que pasa, se construye en el diálogo con el otro.
- Cada uno trae sus nubes en el cielo a la conversación terapéutica. Como un niño mirando el cielo y que ve en la nube algo propio: un elefante, una ballena, un caballo. Cuando chocan esas nubes en el cielo se crea algo nuevo. Es un ejemplo de cómo nos influenciamos mutuamente.
- Crear y facilitar un ambiente y un proceso de aprendizaje donde los participantes puedan desarrollar sus propias habilidades y capacidades para que: “cada persona genere sus propias semillas de novedad y las cultive en su vida personal y profesional, fuera del contexto organizado de aprendizaje… invitar a cada participante a que tome la responsabilidad de ser el arquitecto de su propio aprendizaje… que cada participante tenga una voz, criterio, inteligencia relacional, contribuya, pregunte, explore, tenga incertidumbre y experimente.
- Consulta compartida: Invitar a otro a compartir la investigación y ser hospitalario: la bienvenida establece el tono para una relación y una conversación generativas. Quiero ser un anfitrión acogedor y un invitado que es bienvenido, ya que ambas relaciones son fundamentales para fomentar conversaciones generativas. Esto requiere una capacidad de ser espontáneo y flexible en comprometerse con los demás. También significa evitar conductas y expectativas prescritas.
- El consultante trae un regalo precioso: las historias de su vida. Quiero aceptar el regalo, pero no quiero quitárselo. Quiero mirarlo y comienzo a hacer preguntas sobre eso. Pienso en el regalo como un storyball (una pelota de letras) compuesto de fragmentos narrativos de su historia de vida.
- Este enfoque contrasta con la idea de que el terapeuta puede predeterminar qué información es crítica y preestructurar preguntas para recopilarla. Mis preguntas, comentarios, y los movimientos corporales son informados por la conversación y mi forma de participar en la narración. Mi intención es siempre estar en un proceso de aprendizaje y comprensión de lo que el consultante quiere que yo sepa mejor. Sigo atento y con ganas de aprender lo que el consultante piensa que es importante para mí saber y entender. Tengo presente que yo nunca puedo aprender y entender todo, y que lo que aprendo y entiendo es mi propia interpretación de la historia del consultante y mi experiencia con ellos.
- Mis preguntas no buscan respuestas, más bien, son invitaciones para que el otro hable… Escuchar es parte de escuchar, hablar, y del proceso de respuesta, un tipo de proceso rizomático que es dinámico y multidireccional.
- La conversación comienza como una actividad unidireccional en la que el terapeuta es un alumno curioso y el consultante es un maestro. Este proceso cambia naturalmente a un mutuo aprendizaje de ida y vuelta, en una indagación conjunta en la que el consultante se contagia de la curiosidad del terapeuta. Mientras el consultante escucha y responde ante la curiosidad del terapeuta, se interesan en el tema de conversación de maneras nuevas, como no lo han hecho antes. Esto cultiva un proceso generativo del consultante preguntándose, cuestionando y considerando su historia desde una perspectiva diferente. Está en la dinámica, un proceso interaccional de intentar comprender desde la perspectiva del consultante qué se aclaró y se desarrolla un significado nuevo tanto para el consultante como para el terapeuta. Como sugiere John Shotter, “Nuestras palabras no tienen sentido en sí mismas, ni se trata de que ocurran en un contexto, ni de las intenciones del hablante. El significado es creado por, con y para personas en las reuniones colaborativas con unos y otros“.
- Experiencia relacional: La experiencia relacional coincide con la premisa de que el conocimiento y el significado específico del consultante y su situación se crea a través del proceso de narración, es decir, en las interacciones dialógicas entre el terapeuta y consultante. El consultante aporta valiosos recursos para el encuentro: sus experiencias, creencias y conocimientos. Los terapeutas traen su experiencia única para invitar al diàlogo y mantener una relación colaborativa y una conversación generativa. Cada experiencia es distinta e igualmente importante; el terapeuta es un experto en procesos y el consultante es el experto en el contenido. Para un terapeuta colaborativo la experiencia está en cómo invitar e interactuar con otros en un proceso conversacional generativo y cómo invitar y utilizar la experiencia del consultante. Es importante destacar que no se trata de que el terapeuta tenga experiencia en soluciones o interpretaciones para los demás.
- Sociedades conversacionales: El terapeuta colaborativo y sus consultantes se convierten en «socios» o compañeros conversacionales al establecer relaciones de colaboración y participar en conversaciones dialógicas. Para lograr esto es necesario que el foco de atención sea lo que el consultante tiene que decir y que el terapeuta constantemente escuche, aprenda y trate de entender al consultante desde la perspectiva y el lenguaje de éste.
- La transformación es inherente a la dinámica de diálogo. El diálogo requiere del terapeuta estar abierto y aceptar la alteridad, la singularidad distintiva de la otra persona, es decir, abierto a la diferencia que trae a la relación y conversación.
- Esto le permite al terapeuta suspender juicios, prejuicios y opiniones y tratar de comprender al otro desde su perspectiva. También requiere que el terapeuta esté completamente presente, interesado y comprometido como ser humano. Si el terapeuta actúa como si estuviera realizando un rol, no podrán escuchar al consultante y responder de una manera coherente con la otredad del consultante.
- El terapeuta debe ser igualmente consciente de la influencia del consultante en él/ella, ya que suele preocuparse por su influencia en el consultante … El cambio puede suceder con el tiempo, a veces mucho después de los momentos de su comienzo terapéutico.
- La terapia como investigación: Hay un interés por el «conocimiento local», es decir por lo que el consultante sabe sobre su experiencia y su situación, más que por una teoría general que la explique. Juntos, el terapeuta y el consultante van generando conocimientos a través de una investigación compartida en la que exploran juntos lo familiar y co-crean lo novedoso. Una parte muy importante de este proceso es que el consultante cuenta su historia y al hacerlo en este contexto de co-investigación, la clarifica, amplía y transforma.
- El consultante es el experto: El terapeuta colaborativo considera que el consultante es el experto sobre su propia vida. El consultante es el maestro del terapeuta. El terapeuta respeta la historia del consultante y toma en serio lo que éste tiene que decir y la manera en la que quiere expresarlo.
- La postura de «no saber»: El no saber sugiere pensar en el conocimiento y su uso desde este marco conceptual. Al tomar una posición de no saber, cada consultante y sus circunstancias de la vida son nuevas para el terapeuta. Esta significa que conocer a cada consultante es como conocer a un extranjero que te enseña su idioma, costumbres y rituales. En otras palabras, el terapeuta se cuida de no imponer, creyéndose experto en la vida de otros, un mapa teórico en el que se colocan y clasifican las historias contadas por el consultante.
- Como Harry Goolishian y yo dijimos: “El terapeuta siempre tiene prejuicios por sus experiencias, pero debe escuchar [y responder] de tal manera que su experiencia previa no lo cierre por completo al significado de la descripción de la experiencia del consultante“. Es importante destacar que al ofrecer conocimientos (por ejemplo, comentarios, sugerencias, preguntas) el terapeuta considera la intención, actitud, tono y momento de lo que elige compartir. El terapeuta también presta especial atención a cómo el consultante responde y mantiene la coherencia con la respuesta del consultante, sin juzgarla si es o no apropiada.
- Quiero intentar permanecer curiosa y capaz de entender el mapa del otro, comprendiendo que su mapa es lógico desde su perspectiva o verdad. Encuentro que, si puedo seguir siendo curiosa, lo que al principio me puede hasta parecer un disparate tiene sentido desde su perspectiva… Yo quiero ser respetuosa. La curiosidad continua y el intento de comprender son parte del proceso interconectado de hablar, escuchar, escuchar y responder.
- La incertidumbre: Incertidumbre -ambigüedad, confusión, incógnitas- llenan la práctica colaborativa-dialógica. Como una práctica conectada, la colaboración-dialógica, es un enfoque que involucra al consultante y al terapeuta determinando mutuamente el destino y el camino para alcanzarlo… La terapia puede ser un proceso de hacer nacer algo totalmente inesperado, o puede descubrir algo sutil y matizado, pero no está tratando de descubrir o validar algo preexistente que “sabemos” está ahí.
- Esto requiere poder vivir y confiar en la incertidumbre, es decir, abrazar la vaguedad, ambigüedad, lo desconocido y la imprevisibilidad. La incertidumbre es parte de la vida y de toda la creatividad en los procesos. La certeza tiene el potencial de hacernos demasiado confiados en nuestra experiencia e inhibimos nuestra espontaneidad, asunción de riesgos y apertura a desafíos y cambios.
- Una parte del no-saber tiene que ver con la incertidumbre. Desde la perspectiva colaborativa, nunca podemos saber a priori a dónde nos va a llevar una conversación, dónde acabará una sesión. Esto se debe a que el lenguaje es generador. Al hablar juntos consultante y terapeuta, surgen ideas que probablemente ninguno de los dos tenía antes de su conversación.A la luz de la visión posmoderna sobre el lenguaje, no podemos pensar en causalidad en las interacciones humanas. No podemos predecir que, si el terapeuta dice o hace esto, el consultante dirá o hará aquello. Una implicación de esto, es que el terapeuta aborda cada consulta como una situación única, esto incluye lo que el consultante presenta y el posible resultado de la terapia.
- Desde esta postura, el terapeuta no provoca un cambio en el consultante, sino que ambos se van transformando a través de su interacción. Prefiero el término «transformación» al de «cambio», porque «cambio» en la cultura psicoterapéutica muchas veces tiene una connotación de causalidad: una persona cambia a otra o alguien pasa de un estado a otro. «Transformación», nos remite a lo fluido y continuo del movimiento en nuestras vidas, mientras conserva al mismo tiempo un sentido de continuidad.
- Ser «público» como terapeuta: Ser público se refiere a la creencia de que es importante que el terapeuta comparta sus pensamientos internos. Los consultantes quieren saber lo que su terapeuta está pensando, escribiendo en sus notas, o lo que le dice a su supervisor. En mi investigación sobre las experiencias de los consultantes sobre terapias útiles e inútiles, los consultantes a menudo comentaban que querían saber qué había detrás de las preguntas y comentarios del terapeuta.
- La apertura del terapeuta tiene también que ver con la idea de ser «público». Todos tenemos constantemente conversaciones externas (con otras personas) e internas (con nosotros mismos). Ser «público» como terapeuta quiere decir estar dispuesto a compartir la conversación interna en vez de mantenerla oculta o velada. El terapeuta comparte sus ideas para participar en la conversación, no para guiarla o dirigirla. Poner estas ideas sobre la mesa también puede prevenir que éstas sesguen la conversación, ya que lo que no se dice puede influir en la forma en la que el terapeuta hace preguntas o contribuye a la conversación.
- La terapia como vida cotidiana: La mayoría de la gente en todas partes quiere cosas similares. Aunque expresado de manera diferente, con varios significados y variando grados, la gente quiere vivir una vida satisfactoria, tener buenas interrelaciones y un sustento seguro. La mayoría de las personas que conozco parecen estar lidiando lo mejor que pueden cuando consideramos los desafíos globales actuales. Cada persona, independientemente de su historia de vida o situación actual, tiene su único y a veces invisible capital de fortalezas y recursos. Cada persona quiere poder decidir en las elecciones que impactan sus vidas. En general, los seres humanos quieren experimentar un sentido de pertenencia, sentirse apreciados y respetados.
- Todos somos parte de muchos sistemas conversacionales y la terapia es sólo uno de ellos. Lo que sucede en la terapia es muy similar a lo que pasa en nuestra vida cotidiana, en el sentido de que se utiliza un lenguaje coloquial, no «profesional» o técnico. Utilizamos «preguntas conversacionales». Es decir, son preguntas muy parecidas a las que se dan en otras conversaciones cotidianas, cuyas respuestas requerirán de nuevas preguntas y que invitan a hablar sobre lo familiar o lo conocido de maneras diferentes y que pueden abrir posibilidades. Lo importante es el proceso del diálogo y cómo a través de éste se van aclarando ideas, considerando alternativas y creandosignificados diferentes para todas las personas involucradas en la conversación. Las conversaciones con nuestros consultantes también nos movilizan y transforman a nosotros como terapeutas.
- La multiplicidad de perspectivas: Una idea importante en las terapias posmodernas es que existen muchas perspectivas y diferentes significados posibles para cualquier evento de la vida. En este tipo de terapias se valora la pluralidad y la complejidad y con frecuencia se buscan maneras de incluir distintas ideas o voces en las sesiones. Los terapeutas colaborativos frecuentemente trabajan con un “Equipo Como Sí”. Los integrantes de este tipo de equipos escuchan la sesión «como si» fueran distintas personas involucradas en la situación que describen los consultantes. Al finalizar la entrevista, los miembros del equipo comparten sus reacciones, hablando «como si» fueran esas personas.
- Recuerdo una cita de John Shotter, que incluye su perspectiva para enfatizar la importancia de la humanidad del profesional en el cómo nos relacionamos con nuestro consultante para potenciar las posibilidades de ese consultante para que se convierta en la persona, el “quién”, quieren ser: «Consideraré que el problema moral práctico básico en la vida no es qué hacer sino qué [quién] ser.» Cuando hago una pausa reflexiva, me acompaña este pensamiento de manera consistente.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
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Notas del ISI: Instituto Internacional de Verano (México: 2013, 2014, 2015, 2016, 2017). Organizado por Sylvia London, Harlene Anderson e Irma “Ñeca” Rodríguez.
Crespo, M. (2020). La cultura de paz en diálogo con la diversidad. Revista digital Centro Cultural Benjamín Carrión. Quito, Ecuador.
Brief Thoughts on Listening. Taos Institute Ideas, News and Resources – February 2020. CONSORCIO RELACIONAL Y SOCIOCONSTRUCCIONISTA DEL ECUADOR (IRYSE). Breves Pensamientos Sobre El Escuchar.
https://www.taosinstitute.net/
Tapia Figueroa, Diego, Tesis (2018) para el Ph.D. con la Universidad Libre de Bruselas (VUB) y el TAOS INSTITUTE.
Harlene, Conversaciones Interrumpidas. (2019) Editoras: Rocío Chaveste Gutiérrez y ML Papusa Molina. Ohio, USA: Ed. Taos Institute Publication.
Tapia, D. (2020). Diálogos sociales transformadores. Revista digital Centro Cultural Benjamín Carrión. Quito, Ecuador.
The Sage Handbook of Social Constructionist Practice. Edited by: Sheila McNamee – Mary M. Gergen – Celiane Camargo-Borges – Emerson F. Rasera, – October 2020 | 696 pages | SAGE Publications Ltd.
Página del Instituto Taos que contiene libros y publicaciones de Harlene Anderson:
https://www.taosinstitute.net/?s=harlene+anderson
Hablar, escuchar, responder, oír y comprender: Una Orientación a las Intra-acciones del Diálogo*. International Summer Institute, del 21 de junio de 2020.
https://iryse.org/?s=HABLAR%2C+ESCUCHAR%2C+RESPONDER%2C+O%C3%8DR+Y+COMPRENDER
Harlene Anderson Ecuador TAG project 2019
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