El segundo sexo (fragmentos)
“La mujer no es nada más que lo que el hombre decide que sea; así se le llama “el sexo” queriendo decir con ello que aparece esencialmente ante el hombre como un ser sexuado: para él, ella es sexo, y lo es de un modo absoluto. Se determina y se diferencia en relación al hombre y no en relación a lo que ella misma es; ella es lo inesencial frente a lo esencial. Él es el sujeto, el absoluto: ella es “lo otro”.”
“El varón realiza el aprendizaje de los juegos, de su existencia, como un libre movimiento hacia el mundo; rivaliza en dureza e independencia con los otros varones y desprecia a las niñas. Cuando trepa a los árboles, como cuando pelea con sus amigos o los enfrenta en juegos violentos, capta su cuerpo como un medio de dominar a la naturaleza y un instrumento de combate; se enorgullece tanto de sus músculos como de su sexo y, a través de los juegos, portes, luchas, desafíos, pruebas, encuentra un empleo equilibrado de sus fuerzas; conoce al mismo tiempo las lecciones severas de la violencia, y aprende a recibir los golpes y despreciar el dolor, las lágrimas de la primera edad. Emprende, inventa, se atreve. Se hace ser al hacer, con un solo movimiento.
En la mujer, por el contrario, hay desde el principio un conflicto entre su existencia autónoma y su «ser-otro»; le han enseñado que para agradar hay que hacerse objeto, por lo cual tiene que renunciar a su autonomía. Es tratada como una muñeca viviente y le niegan su libertad, con lo que se anula en un círculo vicioso, pues cuanto menos ejerza su libertad para comprender, captar y descubrir el mundo que la rodea, menos recursos encontrará en sí misma y menos se atreverá a afirmarse como sujeto”.
“Mientras no se haga realidad una perfecta igualdad económica en la sociedad, y mientras las costumbres permitan a la mujer disfrutar como esposa y amante de los privilegios que corresponden a algunos hombres, el sueño de un éxito pasivo se mantendrá, frenando su propia realización”.
“Las restricciones que la educación y la costumbre imponen a la mujer limitan su poder sobre el universo”.
“El privilegio económico que disfrutan los hombres, su valor social, el prestigio del matrimonio, la utilidad de un apoyo masculino, todo empuja a las mujeres a desear ardientemente gustar a los hombres. Siguen estando en su conjunto en posición de vasallaje. El resultado es que la mujer se conoce y se elige, no en la medida en que existe para sí, sino tal y como la define el hombre”.
“El día que una mujer pueda no amar con su debilidad sino con su fuerza, no escapar de sí misma sino encontrarse, no humillarse sino afirmarse, ese día el amor será para ella, como para el hombre, fuente de vida y no un peligro mortal”.
“No nos representan” Reflexiones sobre racismo y gordofobia
Por: Pepita Machado
https://manifiestosfeministas.blogspot.com/2023/02/no-nos-representan-reflexiones-sobre.html?m=1
“…relataba la vida de migrantes de Ecuador en España. Entrevistaban a uno que llevaba varios años allá y que decía, imperturbable, que había decidido irrevocablemente nunca volver porque cuando volvió no le gustó lo que vio… el espectáculo del retorno fue horroroso:
“Yo al Ecuador no vuelvo más. Cuando volví a la ciudad la vi fea. A mi madre la vi vieja. A mi mujer la encontré gorda. A mis hijos, negros”.
Descubre más desde Consorcio Relacional y Socioconstruccionista del Ecuador
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.