(Por su riqueza conceptual recuperamos fragmentos de sus aportes).
Diego Tapia Figueroa, Ph.D. y Maritza Crespo Balderrama, M.A.
Cultura es mirar al otro. Respeto es mirar al otro una vez más.
Las palabras son como manos con las que tocamos el rostro de las personas. Y, a la vez, puedes ver a las personas ser tocadas por sus propias palabras.
¿Saben qué es lo más importante que buscan los consultantes en un proceso terapéutico? ¿Qué es lo que los humanos en nuestras vidas, los consultantes en la terapia, las personas en sus contextos, buscamos en toda interrelación humana, lo que más necesitamos y valoramos, lo que agradecemos, sea que lo digamos y manifestemos o no lo hagamos? La GENTILEZA: Que se les hable con gentileza. Que se les escuche con gentileza. Que se les pregunte con gentileza. Que se les responda con gentileza. Que se les trate con gentileza.
Quiero hablar con la gente como no se han hablado a sí mismos o entre sí… No hablamos a los consultantes o para los consultantes; hablamos con los consultantes y hacemos cosas con los consultantes… ¿Cómo quiero ser con otros? Y ¿Cómo quiero que sean ellos conmigo? Hablar de modo diferente supone, entre otras cosas, escuchar de modo diferente. Quiero comprender y quiero ofrecer comprensión.
Solo podemos contribuir para ayudar si la conversación nos hace sentir curiosidad. Como en otras cuestiones de la vida, la curiosidad es el motor de la evolución.
Las palabras forman nuestros significados y éstos influyen en cómo vivimos…El lenguaje que usamos nos hace quienes somos en el momento en que lo usamos.
Puedes tomar prestados mis ojos, pero no te los puedes llevar de mí… En el instante en que proferimos una palabra, en el instante en que nos expresamos, nos transformamos.
Prefiero ser visto como una persona “invisible”, “inaudible”, que constantemente estoy buscando el contexto más amplio. Estoy ocupado en cómo rescatar, cómo contribuir a resolver los dilemas económicos de la vida de las personas. Mi trabajo es político.
[…] Yo entiendo que hay cuatro clases de saberes de los que dependemos.
- Hay un saber racional. Es el pensar, o sea, la memoria y el razonamiento. 2) Hay un saber práctico, que abarca el repertorio de todo lo que me permite hablar y actuar; por ejemplo, mi lengua emite palabras y mis manos pueden construir casas. 3) Hay un saber relacional, que nos sensibiliza ante el modo en que otra persona se relaciona con otras en el tiempo y en el espacio. Este saber nos hace aprender cuándo debemos hablar y cuándo debemos hacer silencio. También nos hace aprender a qué distancia debemos mantenernos de los demás. Distintas personas tienen distintos tiempos. Hay distintos momentos para destruir y construir. Hay distintos momentos para llorar y para reír. Hay distintos momentos para arrojar piedras y para reunirlas en un montón. 4) Por último, hay un saber corporal, que nos ayuda a aprender cuál es nuestra posición con respecto a los demás. En esto nos ayudan las sutiles alteraciones de nuestra respiración; si atendemos a ellas, podemos saber cuándo estamos demasiado lejos o demasiado cerca, cuándo nos mantenemos demasiado callados o nos entrometemos demasiado. Por ejemplo, existe una conexión entre la decepción que puedo ver en el rostro del otro y los sutiles cambios en nuestra respiración […] (Andersen, 2005).
- […] Las buenas reflexiones estarán basadas en la “escucha radical”. La escucha radical es, sobre todo, una bienvenida. Es el tipo de escucha que no juzga ni prejuzga, que escucha lo que esté ausente tanto como lo presente, que hace una pausa cuando faltan las palabras, y que distingue cuando el hablante esté fuera de su centro, cuando es incapaz de compartir su historia en forma auténtica […] (Weingarten)
- […] Shotter y Katz (2007) estudiaron en detalle a Tom Andersen y observaron que no sólo escuchaba los significados de lo que la gente decía, sino también su “expresión corporal de las palabras mientras las iban diciendo”; el creaba un “habla reflexiva sensible”, un “estilo íntimo de conversación”. El efecto de su callada concentración en el cliente era lo que Hoffman (2007) llama “estar con” (withness) […] Weingarten).
La conversación es lo más importante en el camino para encontrar nuevas formas de estar involucrado
Escucho lo que dicen. Me interesa la manera como se van haciendo las historias, me quedo en el proceso, en el momento de “estarlas formando” y no en el producto. No trato de buscar una historia, la historia se forma, se encuentra a sí misma.
Según el equipo la experiencia consistió en favorecer el proceso ya descrito por Bateson cuando comenta que “La diferencia que hace una diferencia” es la mejor forma de potenciar la transformación. ¿Cuál es el procedimiento que produce una «diferencia que crea una diferencia»? No se trata de un insight en el sentido psicoanalítico, sino de una situación que permite encontrar una salida inesperada a un contexto usual.
Primero, algo es distinto al ser diferente de su entorno, y segundo, un cambio es una diferencia a lo largo del tiempo causada por una diferencia…Las preguntas que buscan las diferencias que causan diferencias son las que se centran en los cambios, por ejemplo: ¿cómo se puede explicar esto?
Las interpretaciones y los consejos más o menos explícitos deben ser evitados: los consejos e interpretaciones pueden convertirse fácilmente en perturbaciones alienantes para la persona. Si ésta asimila algo para lo que no tiene respuesta, podría darse una desintegración. Una forma de evitar que esto suceda es poner fin a la relación.
El “silencio y la escucha”, es el modo de no generar tensión y de facilitar una observación atenta y tranquila a las respuestas, dando a su vez tiempo y espacio para que el consultante también pueda observar sus respuestas.
Las “expresiones” son las que forman nuestras vidas y al mismo tiempo condicionan nuestros pensamientos. Son las palabras, es el lenguaje el que articula nuestra forma de pensar, y no al revés como siempre se creyó y es por eso que en ellas hay que buscar pistas y respuestas.
Siempre es posible ver y escuchar en las palabras más de lo que se percibe. Para eso hay que ir despacio, en forma pausada. Prestar atención particularmente a los silencios y las posturas corporales como parte de lo que la persona quiere o puede transmitir.
Todos y cada uno de nosotros debiéramos tener la posibilidad de que nuestra voz sea escuchada y respetada. Pero también es importante ser la persona que escucha a los demás y esto es una responsabilidad.
Estamos/ somos en las relaciones, en la naturaleza.
Cuando he llegado a conocer a las personas, a comprenderlas, me ha impactado. No creo que la historia de nadie sea una repetición de la de nadie más. Siempre son diferentes. Las personas viven vidas muy diferentes, con oportunidades muy distintas.
No estoy tan preocupado de lo que sea sino acerca de lo que pudo ser. ¿Qué puedes hacer ahora? ¿A quiénes puedes conocer? ¿Acerca de qué pueden hablar? ¿Cómo puedes hacer las cosas para tratar de encontrar algunas aperturas en el futuro?
Una encrucijada importante fue elegir que la práctica impregne nuestros ojos, nuestras manos y después reflexionarlo. Otra encrucijada: aprender a describir de una manera nueva, no deberías proporcionar descripciones muertas de seres vivos.
Deja de hacer lo que te incomoda. La incomodidad está conectada a lo que sientes en una situación. Y sentimos con nuestro cuerpo. El cuerpo te dice: “esto no está bien”, escúchalo. Aprender a respirar, a exhalar, a soltar, liberarse. “No aceptes el dolor”. “Deja que entre tu aliento”. Es como decir: “deja que entre la vida”. “Ten coraje, deja que la respiración comience por sí misma”.
De eso se trata la vida. Arriesgarnos a dejar que pase por si sola. Es tan fácil querer guiarla, mandarla. Y por eso creo que es muy importante en la terapia conversacional dejar que los que quieran hablar lo hagan, y que hablen de lo que quieran. No hacer planes ni trabajar hacia ninguna meta específica. Se debe evitar eso.
Siempre me ha interesado ver la cuestión en términos de justicia-injusticia, tema que siempre me ha preocupado… nunca me ha parecido natural el hecho de andar oprimiendo a la gente.
Creo que mi modalidad de trabajo tiene que ver con una forma emocional de ver el mundo. Pero también considero que esta perspectiva es el producto de mis propias experiencias personales, las cuales me llevaron a sentirme más cómodo cuando empecé a trabajar así.
La palabra terapia no es un término que resulte de mi agrado. Lo que es definido como terapia es para mí primero y antes que nada un tipo de relación. Esto tiene que ver con lo ético y también con lo estético, con el arte. Para mí no se trata de una cuestión técnica, ya que las técnicas corren el riesgo de convertirse prontamente en algo mecánico.
Mi premisa es que lo único que tenemos es el cuerpo, la fisiología y las conversaciones. No hay nada que pruebe la existencia de construcciones psicológicas, tales como el ego, el super-ego, el inconsciente, etc. Estas construcciones de las que hemos hablado tanto como si realmente existieran son un producto del lenguaje, de un tipo de lenguaje muy practicado. Si uno empieza a hablar demasiado acerca de algo, termina creyendo que realmente existe.
Para mí ahora todo se centra en la conversación y cómo la gente que forma parte de la misma es transformada y cambiada por la conversación en sí misma. Las transformaciones se producen por estar en conversación.
Lo que me ha preocupado en verdad enormemente es darle a la gente la posibilidad de hablar acerca de las mismas cosas de una manera diferente. Hablando de una manera diferente, las personas pueden también empezar a pensar de una manera diferente y a actuar y vivir de un modo distinto. Todo esto significa poder estar presente en la vida de una manera diferente.
Ludwig Wittgenstein prestó mucha atención a la pregunta: ¿cómo continuar? Uno de los objetivos más importantes de todo ser humano, es dar respuesta a esta pregunta, de modo que pueda decir: ¡ahora ya sé cómo puedo continuar! (…) ¿Qué podría ser útil saber? es la siguiente pregunta (…) El centro de la persona no puede ser encontrado dentro de la persona, sino fuera de la persona, es decir, en las conversaciones, las relaciones, el lenguaje y la cultura.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
Andersen, T. (1994). El equipo reflexivo: Diálogos y diálogos sobre los diálogos. Barcelona, España: Editorial Gedisa.
Andersen, T. (1996). Reflexiones sobre la reflexión con familias. En Mc Namee, S. y Gergen, K. (Comps.). La terapia como construcción social (pp. 77-91). Barcelona, España: Paidós.
Andersen, T. (2005). “Yo solía pensar…”. Recuperado de:
https://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-47157-2005-02-12.html
Andersen, T. (2013). Una oración en cinco líneas. Sobre la producción de significados desde la perspectiva de la relación, el prejuicio y el embrujo. En Deissler, K. & McNamee, S. (Ed) Filo y Sofía en diálogo. (pp. 76-83) Ohio, USA: Ed. Taos Institute Publication.
Notas del Seminario/Taller pre-Congreso (2003). “Lenguaje de la reconstrucción post-crisis. Narraciones, comprensiones, registros corporales”, dictado por Tom Andersen, Ph.D., Buenos Aires, Argentina.
Des Champs, C. (2013). “Una Forma Democrática de Psicoterapia” (*) Entrevista a Tom Andersen (**).
http://redrelates-boletin.org/recordando-a-tom-andersen/
Fuks, Saúl I., Tom Andersen: el “4’33” de la terapia sistémica (2018). Pág. 209-236- Palabras, Movimientos y Emociones. Nuestro homenaje a Tom Andersen. Recuperado de: file:///C:/Users/Usuario/Desktop/Libros%20y%20art%C3%ADculos/Andersen-Palabras.-movimientos-343-Sylvia,y-emociones-final.pdf
London, S. (2010), Entrevista De Sylvia London a Tom Andersen,
http://terapiasposmodernas.blogspot.com/2010/05/entrevista-de-sylvia-london-tom.html
Sesma, M. (2005). Más allá del equipo de reflexión: cómo implementan los terapeutas los procesos reflexivos en la práctica privada. Tesis de Maestría en Psicología. Universidad de las Américas, A.C. México, D. F.
Página del Instituto Taos que contiene libros y publicaciones de Tom Andersen:
Tapia Figueroa, Diego, Tesis (2018) para el Ph.D. con la Universidad Libre de Bruselas (VUB) y el TAOS INSTITUTE.
Tom Andersen en una entrevista con la fotógrafa Eva Charlotte Nilsen
Tom Andersen en una entrevista con la fisioterapeuta Berit Ianssen
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