El cine de Godard es un cine radicalmente opuesto a lo acostumbrado.
Resaltemos esta frase del filósofo Brice Parain que mejor define también su filosofía y poética cinematográfica: “las palabras son pistolas cargadas“.
Nana filosofa en un café parisino sobre el fin del amor con Brice Parain. Aquí Godard hace que el filósofo Brice Parain obsesionado por el lenguaje se interprete a sí mismo, y en un juego dialéctico con Nana, ella le pregunta: “¿no debería ser el amor lo único verdadero?”. A lo que Parain responde, con la pausada voz de la experiencia: “sí, pero haría falta que el amor fuese siempre verdadero… para saber lo que se ama se necesita madurez”.
