Diego Tapia Figueroa, Ph.D. y Maritza Crespo Balderrama, M.A.
(agosto, 2021)
“La praxis da sentido a las palabras.”
(Ludwig Wittgenstein)
Jaakko Seikkula, Ph.D.
Proponemos una selección de breves conceptos, reflexiones, ideas, propuestas de algunos de los principales exponentes de la postura, perspectiva, teoría y práctica socioconstruccionista. Para facilitar la lectura reflexiva proponemos citas concretas textuales sin especificar cada vez las fuentes, por ello proponemos al final la bibliografía de referencia para que puedan hacer sus propias búsquedas y lecturas. Es una invitación a abrir su curiosidad por estos apasionantes aportes.
Seguimos con Jaakko Seikkula, Ph.D. (Kalajoki, 1953, Finlandia).
DIÁLOGO ABIERTO: Voces de los consultantes como recursos -cómo salir de la estupidez de los expertos-
“… la auténtica vida humana es la composición del diálogo abierto. La vida por su propia naturaleza es dialógica. Vivir significa participar en el diálogo: hacer preguntas, prestar atención, responder, estar de acuerdo, y así sucesivamente. En este diálogo una persona participa en su totalidad y con toda su vida: con sus ojos, labios, manos, alma, espíritu, con todo su cuerpo y hechos. Invierte todo su ser en el discurso, y este discurso entra en la trama dialógica de la vida humana, en el simposio mundial.” (Mijaíl Bajtín, 1984)
- En nuestros comienzos, recuerdo algunas sesiones de terapia que no ayudaron a las personas, donde de hecho actuamos de una manera bastante estúpida: en el tratamiento, todavía pensábamos que nosotros éramos los terapeutas, teníamos que hacer planes, teníamos que tener objetivos. Y, utilizábamos estas reuniones abiertas como una intervención para crear cambios dentro de la familia.
- Cuando comenzamos no nos dimos cuenta que cuando abríamos las puertas a la familia, los clientes-consultantes, desde el inicio ellos tomaban un rol activo y decisivo en el proceso. Desde el mismo inicio impactaban en el proceso: qué debíamos hacer, qué necesitaban, cómo debíamos proceder. Aún así, seguíamos pensando que nosotros éramos los sanadores, que nosotros hacíamos las intervenciones, que ese era nuestro trabajo.
- Ahora ya no nos reunimos para tomar decisiones y hacer planes para el futuro, en cambio, nos sentamos juntos para entender más. Aspiramos a generar diálogo, lo que de hecho se convierte en la parte más importante del tratamiento. Ya no pensamos que el objetivo de la reunión-sesión es encontrar soluciones. En cambio, las soluciones surgen como parte de un proceso autoevidente, que se abre a medida que nos enfocamos en lograr que todas las voces sean escuchadas en el diálogo. El propósito es el diálogo, y como consecuencia del diálogo se genera la solución.
- Diálogo Abierto es un modelo de atención social colaborativo en el que todas las decisiones se organizan en torno a «reuniones de red» que invitan al usuario del servicio, la familia, los amigos, los médicos y cualquier otra persona que pueda ayudar y apoyar. Las reuniones se organizan de una manera más democrática y menos jerárquica que la que tradicionalmente se encuentra en los servicios de salud mental, y el objetivo principal es ayudar a los más afectados a encontrar su propia forma de dar sentido a la experiencia y, por lo tanto, sentirse más capaces de tomar decisiones por sí mismos.
- Este abordaje surge en Finlandia (Laponia), en la década del 80’, a partir de la investigación de un equipo multidisciplinario del Hospital de Keropudas en Tornio. Está inspirado en varios modelos teóricos, que incluyen los aportes de Gregory Bateson; el modelo de terapia familiar sistémica de Milán; el proceso de trabajo reflexivo de Tom Andersen; Magnus Hald y su equipo en Tromso, Noruega; las ideas colaborativas de sistemas de lenguaje de Harry Goolishian y Harlene Anderson en Estados Unidos y la teoría dialógica de Mijaíl Bajtín. A través de 30 años de investigaciones y experiencias clínicas, los creadores de DA demostraron la eficacia de este nuevo sistema que generó curiosidad y aprendizajes en todo el mundo.
- En un Diálogo Abierto, las intervenciones son construidas para responder a las intervenciones previas y también para esperar una respuesta en las intervenciones que prosiguen.
- Es preciso sacar la psiquiatría del hospital y llevarla a la calle. La idea es prestar ayuda inmediata cuando se contacta con nosotros, ya sea un familiar o el afectado. Tratamos de ir a sus casas. No llevamos batas blancas –tampoco en el hospital– e intentamos establecer un primer contacto con ellos. Suele acudir un equipo de dos o tres facultativos, entre personal médico y de enfermería, que a partir de ese momento promueven un diálogo abierto con los familiares y el paciente. Los encuentros han de prolongarse durante varios días seguidos, hasta que puede decirse que hay una situación segura y controlada.
- A veces se requiere más ayuda. Puede que sea necesaria la presencia de un terapeuta ocupacional que ayude a canalizar el diálogo. O se brindan otros recursos, como la medicación para conciliar el sueño. La variación de situaciones es amplia: algunas veces se resuelven con un solo encuentro; otras, se requiere mucho más tiempo, hasta varios años. Por eso no puede unificarse esta realidad. Es importante escuchar la historia de vida del paciente y conocer la situación de la familia: saber las experiencias que han podido desencadenar esta situación. También es clave desarrollar una activa e intensa atención psicosocial: cuando se lleva a cabo de manera efectiva, puedes declinar el papel de la medicación. O aplicarla, si es necesario. El problema está en los sistemas que reducen todo a los síntomas y a la medicación asociada.
- Todas las opiniones son importantes, también la de los familiares y otros terapeutas. Hacer que los allegados se sientan partícipes del proceso es importante también para ellos. Muchos padres nos han dicho que han aprendido a hablar con sus hijos durante la atención de estas crisis mediante el Diálogo Abierto.
- Las alucinaciones normalmente surgen como reacción a situaciones vitales muy extremas, rodeadas de diversos factores de presión. Son como los sentimientos y las emociones que nacen de situaciones límite. Los profesionales deberíamos analizar más su origen y no solo concebirlas como síntomas de enfermedades que han de ser eliminados con medicación.
- En un estudio realizado durante cinco años con personas que tenían síntomas de psicosis, por ejemplo, el 83% de ellos regresó a sus trabajos o estudios o comenzaron una búsqueda laboral (Seikkula et al. 2006). En el mismo estudio, el 77% no presentó síntomas residuales.
- Una de las características fundamentales de Diálogo Abierto es su forma de implementar la reunión de tratamiento o consulta. Este encuentro reúne a todos los vinculados con la crisis: la persona que la atraviesa, su familia y su red social, a todos los ayudantes profesionales y a cualquier otra persona estrechamente involucrada. Durante todo el proceso de la intervención no hay reuniones separadas del personal profesional para hablar del “caso” o del “paciente”. Si no que, éstas suceden en el lugar de reunión del tratamiento con todos los presentes. En este contexto, los pensamientos y conductas de la persona se entienden como estrategias de respuesta a situaciones difíciles, en vez de síntomas de una enfermedad.
- Se establece así un marco innovador que comprende a la persona, sus seres queridos y al personal de salud que acompaña, formando una red de apoyo social y afectiva. La intención es que la medicación no sea la protagonista del tratamiento, sino el desarrollo de un diálogo ligado y entendido como construcción de realidad, acompañado, si es necesario, por medicación.
- El Diálogo Abierto busca enriquecer las posibilidades del tratamiento de la psicosis, con un enfoque que encuentra en la práctica dialógica un espacio fértil para un nuevo lenguaje que nombre aquellas experiencias que aún no tienen palabras.
- A través del trabajo con los familiares y sus redes sociales, los equipos de Diálogo Abierto ayudan a aquellos que se ven envueltos en una situación de crisis a estar juntos y a participar en la generación del diálogo. Propone un nuevo camino en el tratamiento de la psicosis y contribuye a repensar la atención en salud mental.
- Desde el Diálogo Abierto se han logrado tasas de recuperación en psicosis bipolares y esquizofrenias de cerca de un 80% llegando a lograr prescindir de psicofármacos y en casi un 70% prescindiendo en todo momento de ellos.
- Las prácticas dialógicas surgieron del Diálogo Abierto como una forma para que las personas con síntomas psicóticos y sus familias se sientan escuchadas, respetadas y validadas en las reuniones de tratamiento. Hacen hincapié en escuchar y responder a la persona como un todo, como un otro con el que se dialoga éticamente, y en un contexto, en lugar de simplemente tratar sus síntomas.
- Esta conversación o diálogo no es «acerca de» la persona, sino que es una forma de «estar con» la persona. Este proceso mitiga la sensación de aislamiento y distancia que puede producir una crisis y le permite mayor voz y sentido de conexión. Esto permite a todos participantes intervenir de manera más significativa tanto en la conversación como en las decisiones resultantes sobre sus propias vidas. Hay un intercambio de ida y vuelta entre la persona, su red y los terapeutas para desarrollar una forma más lúcida de expresar la situación y crear un lenguaje compartido. La voz de todos es importante.
- Contrariamente a algunos abordajes convencionales que tienden por defecto a ver al consultante como un objeto del tratamiento, la práctica dialógica restaura los valores humanos al enfatizar la escucha y la respuesta a la persona como un todo en un contexto determinado. Este aspecto es un cimiento de la misma concepción de la persona y de la clínica.
- Tomando como referencia el concepto de dialogicidad de Mikhail Bakhtin, la capacidad de respuesta de los terapeutas y la presencia de los miembros de una pareja o una familia son fundamentales debido a que, como interlocutores que forman parte de la conversación terapéutica, son coautores activos de las intervenciones y de los significados del diálogo de los demás. La postura de los terapeutas, a diferencia de otras escuelas de terapia familiar, no trata de definir métodos e intervenciones específicas para eliminar los síntomas o cambiar el sistema de pareja o familiar, ni tampoco de crear formas específicas de entrevistar, sino que su postura principal radica en escuchar y contestar de forma responsiva. Los terapeutas pueden comentar entre ellos sobre lo que oyeron, a manera de discusión reflexiva, mientras la pareja o la familia escucha. El dialogismo no es un método ni un conjunto de técnicas, es una perspectiva basada en reconocer, respetar y llegar hasta el otro.
Los doce elementos clave de las prácticas dialógicas (Olson, Seikkula y Ziedonis, 2014)
1. La presencia de dos (o más) terapeutas en la reunión del equipo.
2. La participación de la familia y la red.
3. El uso de preguntas abiertas.
4. Responder a las declaraciones de los consultantes.
5. El énfasis en el momento presente.
6. Obtener múltiples puntos de vista.
7. El uso de un enfoque relacional en el diálogo.
8. Responder al discurso o comportamiento problemático como significativo.
9. El énfasis en las propias palabras e historias de los consultantes, no en sus síntomas.
10. La conversación entre profesionales (reflexiones) en las reuniones de tratamiento.
11. Ser transparente sobre los pasos del proceso terapéutico.
12. La tolerancia a la incertidumbre.
- La primera meta en los encuentros no son intervenciones que busquen cambiar a la familia o al consultante. La meta es construir un nuevo lenguaje en conjunto para aquellas experiencias que aún no tienen palabras. La actividad de construir un nuevo lenguaje compartido –incorporando las palabras que los miembros de la red traen a las reuniones y las nuevas palabras que emergen del diálogo entre miembros del equipo y de la red– ofrece una alternativa curativa al lenguaje de síntomas o de comportamiento difícil. El equipo ayuda a cultivar una cultura conversacional que respeta cada voz y se esfuerza por escuchar todas las voces.
Tres hipótesis:
- La ‘Psicosis’ como categoría no existe.
- Los síntomas psicóticos no son síntomas de una enfermedad – son una estrategia para que nuestra mente encapsulada sobreviva a experiencias extrañas. Algo así como la fiebre -el aumento de temperatura del cuerpo- que es una estrategia del organismo para hacer frente a una invasión infecciosa o ante ciertas toxinas.
- La conducta psicótica de muchos años es tal vez un resultado del pobre tratamiento en dos aspectos:
– todo el tratamiento empieza muy tarde.
– la comprensión del problema no es adecuada y conduce a una respuesta incorrecta.
- El enfoque familiar y de red social ‘Diálogo Abierto’ (DA) tiene como objetivo tratar a los clientes-pacientes-consultantes psicóticos en sus hogares. El tratamiento involucra la red social del paciente y comienza dentro de las 24 horas posteriores al contacto. La responsabilidad de todo el proceso de tratamiento recae en el mismo equipo tanto en el ámbito hospitalario como ambulatorio. El objetivo general es generar un diálogo con la familia para construir palabras para las experiencias que ocurren cuando existen síntomas psicóticos.
- En su angustia, los miembros de la red a menudo parecen atrapados en formas desesperadas, rígidas y restringidas de comprensión y comunicación sobre los problemas que los absorben. En las reuniones de tratamiento, los miembros del equipo solicitan contribuciones de todos los miembros de la red, especialmente del paciente-consultante psicótico. Las expresiones de todos se escuchan con atención y se responden respetuosamente. Los miembros del equipo apoyan la expresión de la emoción. Responden de manera transparente y auténtica como personas completas. El desafío de los miembros del equipo es tolerar los intensos estados emocionales inducidos en la reunión. Sus conversaciones entre ellos en presencia de la red cumplen la función de un equipo reflexivo, que amplía las posibilidades de los miembros de la red para dar sentido a sus experiencias.
Sus siete principios fundamentales son:
(1) Ayuda inmediata. Las unidades participantes realizan la primera entrevista dentro de las veinticuatro horas del primer contacto establecido por el paciente, un familiar de éste o el organismo que lo ha derivado. Además, se establece un servicio de crisis durante las veinticuatro horas. Uno de los propósitos de esta respuesta inmediata es impedir la internación en el mayor número de casos posibles. El paciente psicótico participa desde las primeras entrevistas, cuando su cuadro reviste máxima intensidad.
(2) Perspectiva de la red social. Tanto el paciente como sus familiares y otros miembros claves de su red social son siempre invitados a las primeras entrevistas con el fin de movilizar todo el apoyo para el paciente y la familia. Esos otros miembros de la red pueden ser representantes de otras entidades (incluidos organismos de empleo del Estado y agencias de seguros públicos de salud cuya tarea consiste en apoyar la rehabilitación profesional), compañeros de trabajo o el jefe del paciente en el lugar en que trabaja, amigos o vecinos.
(3) Flexibilidad y movilidad. Esto se garantiza adaptando el tratamiento a las necesidades específicas y cambiantes de cada caso mediante los métodos terapéuticos más apropiados. Si la familia da su conformidad, las reuniones de tratamiento se realizan en el hogar del paciente.
(4) Responsabilidad. La persona que tomó contacto con la familia es la responsable de organizar la primera reunión. En esa reunión se adopta la decisión sobre el tratamiento que se llevará a cabo y el equipo se hace cargo de éste en su totalidad.
(5) Continuidad psicológica. El equipo asume la responsabilidad del tratamiento durante todo el tiempo que sea necesario y tanto en el marco de internación como en el ambulatorio. Los representantes de la red social del paciente participan en las reuniones de tratamiento durante todo el transcurso de este último, incluso cuando se aplican otros métodos terapéuticos. Puede suponerse que el proceso de un cuadro psicótico agudo ha de durar entre dos y tres años. En el estudio que hemos realizado, el 65% de los tratamientos se interrumpieron al final del segundo año.
(6) Tolerancia de la incertidumbre. Esta tolerancia se fortalece edificando un sentimiento de confianza respecto del proceso conjunto. En las crisis psicóticas, para generar una adecuada sensación de seguridad es menester reunirse todos los días, al menos durante los 10-12 primeros días. Luego de ello, las reuniones se organizan periódicamente según los deseos expresados por la familia. Por lo general no se establece en la etapa de crisis ningún contrato terapéutico detallado, sino que en cada reunión se discute si habrá una próxima reunión, y en caso afirmativo, cuándo se la efectuará. De este modo se evitan las conclusiones prematuras y las decisiones de tratamiento equivocadas. Por ejemplo, el uso de neurolépticos no se prescribe en la primera reunión, sino que su conveniencia se conversa por lo menos durante tres reuniones antes de ponerla en práctica.
(7) Dialogismo. El acento está puesto en primer lugar en la promoción del diálogo y, en segundo lugar, en lograr un cambio en el paciente o la familia. Se entiende que el diálogo cumple las veces de un foro a través del cual los pacientes y sus familias pueden obtener un mayor protagonismo respecto de su propia vida analizando sus problemas. En el ámbito en que actúan los que participan en dicho diálogo se gesta una nueva comprensión.
- Los dos últimos principios han sido establecidos como pautas de acogimiento desde 1994-96. El foco principal de la interacción terapéutica es la reunión de tratamiento, en la cual los que tienen mayor participación en el problema examinan junto con el consultante todas las cuestiones asociadas al problema actual. Los planes y las decisiones administrativas también requieren que estén todos presentes.
La función del terapeuta
- La función del terapeuta no es solucionar ni responder a todas las preguntas. Se centra en relacionar inquietudes de unos y otros. En un espacio dialógico en el que cada uno de los participantes conozca las dudas y las esperanzas de los demás y reconstruya su propia narración.
- El terapeuta sigue las historias que le traen, no propone ningún tema.
- En conjunto, los consultantes responden más a cómo el terapeuta dice algo que a lo qué dice. Los consultantes prestan atención a:
- (a) prosodia – tono, ritmo y timbre de voz-
- (b) postura corporal
- (c) gestos
- (d) expresión facial
- La perspectiva de red social es dinámica. Si en el curso del tratamiento la persona establece vínculos con alguien, este alguien es invitado a participar también en las reuniones.
- ‘Respeto’ es una palabra que se ejercita. Cualesquiera de los profesionales del equipo nunca hablan de un consultante si no es en presencia de éste.
- Si alguien dentro del encuentro manifiesta un conflicto con una persona que no está presente, se invita a esta a participar en los encuentros y no se habla del conflicto mientras no esté presente. Únicamente si tal persona hubiese sido invitada y se hubiera negado a participar se admitirá a hablar de un conflicto en relación a ella.
- ‘Tolerancia ante la incertidumbre’ puede sonar a tener paciencia, pero es algo más. De hecho, se desanima a seguir el camino trillado. Un consejo a terapeutas poco experimentados es: Cada vez que sepas lo que has de hacer, por favor ¡no lo hagas!
- Las autoridades o quienes tienen roles jerárquicos profesionales son invitadas a reuniones conjuntas de terapia, a fin de planificar el apoyo de rehabilitación para los consultantes-clientes si esto fuera necesario. El consultante es considerado competente para permanecer en la vida social activa, incluso si él/ella experimenta crisis y posibles síntomas. En gran medida, esto excluye el proceso de «cronificación» de la enfermedad, un proceso que es más probable cuando los consultantes pasan a vivir con una pensión por discapacidad.
- Muchas Voces presentes: aquellos sentados en el círculo,” polifonía horizontal” las voces en las que vivimos mientras hablamos acerca de un tema específico,” polifonía vertical” (cada persona en sus diferentes roles. p.ej. esposo de, padre de, amigo de, profesional de…)
Guías simples para el diálogo en el momento presente:
- Prefiera temas de la conversación actual en lugar de narrativas del pasado – sea realista
- Siga las historias de los consultantes y tenga cuidado con sus propias aperturas- repita lo dicho (empatice los movimientos)
- Garantice respuesta a las expresiones habladas. Las respuestas son encarnadas, comprensivas
- Note las voces diferentes, las internas y las horizontales
- Escuche sus respuestas encarnadas
- Dese tiempo para conversaciones reflexivas con sus colegas
- Expresiones dialógicas, hable en primera persona
- Proceda pacíficamente, los silencios son buenos para el diálogo
- La construcción de un cambio en psicoterapia es facilitada a través de las interacciones dialógicas, refiriéndose a una conversación caracterizada por una escucha abierta y de aceptación, en la que los consultantes toman la iniciativa de la conversación y en la que los terapeutas son co-constructores del diálogo terapéutico.
- La construcción de un diálogo dialógico ha sido considerada característica de casos con buen resultado, mientras que la presencia de un diálogo monológico es característica de casos con desfavorable resultado. En todos los contextos terapéuticos estudiados, los casos con buen resultado estaban caracterizados por una escucha atenta y por el ajuste de las respuestas de un interlocutor a lo que se había dicho previamente -forma de responder dialógica- en lugar de responder de forma que las intervenciones rechacen o refuten opiniones o comentarios anteriores de otros interlocutores –forma de responder monológica-. De acuerdo con la investigación previa, se asume que el diálogo dialógico contribuye favorablemente a la co-construcción de un nuevo significado de la problemática como un proceso compartido por los participantes en una conversación con múltiples voces.
- La investigación ha demostrado en el ámbito de la terapia familiar que, en los casos con buen resultado, y en los que primaba un diálogo dialógico, un tema de conversación se mantenía durante más tiempo en la sesión si se comparaba con otros casos con desfavorable resultado y con diálogo monológico
- La reunión de tratamiento cumple tres funciones:
1) reunir información sobre el problema;
2) construir un plan de tratamiento y adoptar todas las decisiones necesarias sobre la base del diagnóstico formulado en la conversación;
3) generar un diálogo psicoterapéutico.
- En líneas generales, el foco está puesto en fortalecer el aspecto adulto del consultante y normalizar la situación, en vez de estarlo en la conducta regresiva. El punto de partida del tratamiento es el lenguaje utilizado por la familia, vale decir, la forma en que ésta ha designado el problema del consultante en su propio lenguaje. El equipo de tratamiento adapta su lenguaje a cada caso según la necesidad.
- Los problemas se consideran construcciones sociales que son reformuladas en cada conversación. Cada uno de los presentes habla con su propia voz y, la escucha cobra mayor importancia que la manera de intervenir. En el caso de un paciente psicótico parece fundamental aceptar sus alucinaciones o ideas delirantes como una voz entre muchas otras. Al principio no se las cuestiona, pero se le solicita al consultante que agregue lo más que pueda acerca de tales experiencias. Los miembros del equipo pueden luego comentar entre sí lo que han oído, a manera de una conversación /discusión /intercambio reflexivo, mientras la familia los escucha.
- Un problema llega a serlo solo cuando ha sido definido en el lenguaje de alguien del entorno del paciente o bien por el propio paciente. […] Anderson y Goolishian (1988; 1992) afirman que quien observa un problema es parte del sistema que lo define. Desde una perspectiva de red, todas estas personas deberían ser incluidas en el proceso, porque el problema se disolverá sólo si todos los que lo han definido como problema ya no lo señalan como tal.
- En el modelo terapéutico del Diálogo Abierto, lo importante para el bienestar psicológico es crear diálogo y poner palabras a aquello que le sucede a la persona. El diálogo, entendido como acto mutuo, cambia la posición de los terapeutas en psicoterapia; ya no son intervencionistas sino participantes en un proceso de interacción. En este contexto, el hecho de cómo se responde a las intervenciones se considera crucial, ya que las palabras necesitan una respuesta para que tengan un significado. El foco se desplaza de las experiencias internas de los participantes en terapia hacia el diálogo, y es el diálogo en sí mismo que provoca la transformación.
- En el Diálogo Abierto durante los encuentros terapéuticos, en el que no hay temas ni formas de diálogo pre-planificados, la principal tarea es facilitar la construcción de un diálogo dialógico, que permita la creación de un lenguaje con nuevos significados compartidos por todos los participantes de la terapia. En el diálogo dialógico, los nuevos significados a las experiencias emergen como un fenómeno social y compartido, y por tanto, este tipo de diálogo deviene en sí mismo una intervención. Estos eventos pueden ser de cualquier tipo, pueden haber ocurrido en cualquier momento, y diversos tipos de contenido pueden dar lugar a una nueva narrativa.
- El propósito es permitir que se escuchen las voces de los miembros de la familia sobre los temas de discusión. La tarea del equipo terapéutico es generar un contexto en que las distintas voces, incluso contradictorias, sean escuchadas, permitiendo así construir relatos de restitución o reparación. Se trata de escuchar las palabras y el lenguaje de los miembros de la familia comprendiendo lo que quieren decir, sin editar ni interpretar las narrativas, permitiendo así que el momento presente cobre importancia en el diálogo.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
Jaakko Seikkula, Tom Erik Arnkil. (2019) Diálogos abiertos y anticipaciones
terapéuticas. Respetando la alteridad en el momento presente. Herder Editorial. Barcelona, España.
Vall, B., Seikkula, J., Holma, J. y Laitila, A. (2017). El método “Investigaciones Dialógicas de Cambio” para el análisis del Proceso Terapéutico en Terapia de Pareja: Traducción y aplicación al contexto español. Revista de Psicoterapia, 28(106), 113-127.
Seikkula, J., & Arnkil, T. E. (2014). Diálogos abiertos y anticipaciones. Respetando a los demás en el momento presente. Helsinki: THL
Seikkula, J. (2008). Voces internas y externas en el momento actual de la terapia familiar y de red. Revista de terapia familiar, 30 (4), 478-491.
Seikkula, J. & Arnkil TE (2006) Encuentros dialógicos en redes sociales. Londres: Karnac Books (Publicado en los idiomas finlandés, sueco, noruego, danés y alemán).
Seikkula, J., Alakare, B., Aaltonen, J., Haarakangas, K., Keränen, J. y Lehtinen, K. (2006) Cinco años de experiencias de psicosis no afectiva de primer episodio en el enfoque de diálogo abierto: principios de tratamiento, resultados de seguimiento y dos análisis de casos. Investigación en psicoterapia, 16: 214-228.
Seikkula, J., & Olson, M. (2005). El diálogo abierto como procedimiento de trabajo en la psicosis aguda: su “poética” y “micropolítica”. Revista de psicoterapia, 16(63), 135-155.
Seikkula, J. y Trimble, D. (2005) Elementos curativos de la conversación terapéutica: el diálogo como encarnación del amor. Proceso familiar, 44: 461–475.
Seikkula, Jaakko, y Mary E. Olson. 2003. “El diálogo abierto como procedimiento de trabajo en la psicosis aguda: su poética y micropolítica”. Family Process 42 (3): 403-418. Filadelfia: Institute Family Process.
Página del Instituto Taos que contiene información de Jaakko Seikkula, Ph.D.:
Tapia Figueroa, Diego, Tesis (2018) para el Ph.D. con la Universidad Libre de Bruselas (VUB) y el TAOS INSTITUTE.
“DIÁLOGO ABIERTO,” un abordaje finlandés, alternativo, para sanar la psicosis
https://www.youtube.com/watch?v=4Xvp5vpwWf4 (subtitulado al español)
CONFERENCIA: Modelo de intervención diálogo abierto – Prof. Dr. Jaakko Seikkula
Narativ in dialogue with Jaakko Seikkula
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